septiembre 10, 2024

Girona volverá a tener baloncesto de élite en categoría masculina 14 años después. Casi tres lustros desde que aquel histórico CB Sant Josep Girona abandonara la liga ACB en 2008, iniciando lo que sería el descenso a los infiernos de su desaparición en 2013.

Aquel proyecto de grandeza bajo el patrocinio de Akasvayu, que dejó un título europeo de la ya extinta Eurochallenge en 2007 y un subcampeonato de la copa ULEB (actual Eurocup) un año más tarde, y que acabó siendo un proyecto fallido por la grave crisis que dejó como herencia, comenzó a lanzar al estrellato a un joven Marc Gasol ya campeón del mundo, justo antes de emprender su exitosa aventura en la NBA.

Ahora tanto la ciudad como el menor de los Gasol han devuelto, con el Bàsquet Girona, a la capital gerundense al lugar de donde nunca debió salir. Y lo han hecho a costa del club más histórico de todos los que competían en la LEB Oro, el Movistar Estudiantes, el “Estu” de toda la vida, al que ayer derrotó por 60-66 en la final del play-off de ascenso a la ACB, en un pabellón Fontajau lleno como en sus mejores años. Bendición absoluta para este equipo fue la decisión de su presidente y fundador de retomar su carrera deportiva en sus filas, fuera ya de la NBA, realizando un último y enorme servicio a la causa del baloncesto gerundense y catalán.

Porque no nos engañemos: solo con Marc Gasol no se puede ascender; no en vano el Bàsquet Girona ha contado en sus filas con más veteranos de guerra, como Txemi Urtasun, Albert Sàbat o Josep Franch; pero a nadie le cabe duda de que la carta del segundo mejor jugador de toda la historia del baloncesto español -para muchos incluso el primero, junto a su hermano Pau, ayer presente en las gradas- ha sido la carta ganadora de un bloque que, clasificatoriamente hablando, navegaba por la parte media baja de la clasificación antes de que Marc decidiera sumar su labor en la pista a la de la presidencia.

Y si además resulta que la “Final Four” del play-off iba a tener como sede a Fontajau, el resultado era poco menos que inevitable por mucho que el “Estu” partiese en el inicio de la temporada como favorito a obtener incluso ese ascenso directo que finalmente, como todos sabemos, se lo llevó el Covirán Fundación CB Granada.

No obstante la afición gerundense había terminado la semifinal del sábado en cierto estado si no de pánico sí al menos de preocupación, cuando vio a su buque insignia abandonar la cancha con una cojera que ponía en riesgo su participación en el duelo decisivo.

Seguro que sus compañeros se preparaban para apretar los dientes y salir con el mismo espíritu con el que salieron Marc y sus compañeros de la selección española en la final del Mundial 2006 ante la ausencia por lesión de Pau, en el partido que empezó a poner en el mapa al principal protagonista del ascenso de ayer, con aquella histórica labor defensiva sobre el intimidante Scorchianitis.

Pero no hizo falta, porque Marc no tenía nada roto, y aunque lo hubiese tenido seguro que habría saltado al parquet incluso con muletas. Y lo cierto es que, incluso a un 35-40% de la versión de sus mejores años, nadie, absolutamente nadie, pudo ni con él ni con el Bàsquet Girona.

En un partido de baja anotación, Marc se dedicó a ejercer de “poste” tanto en una zona como en la otra durante los 28 minutos que estuvo activo. En la propia, directamente cerró la persiana; y en la rival, aún sin anotar demasiado, fijó lo suficiente al sistema defensivo del “Estu” como para que sus compañeros tuvieran la ocasión de anotar. Éstos no tuvieron demasiado su día, aunque con Fjellerup (19 puntos) y Vecvagars (13, con 3 de 3 en triples, en tan solo 14 minutos) el Girona tomó 14 tantos de ventaja (43-57) mediado el tercer cuarto.

Entonces Marc, con las energías justas, se sentó a descansar unos minutos, y al Bàsquet Girona, además, le entraron los nervios por verse tan cerca del sueño. Así, con Beirán (otro de los veteranos de “oro” en la LEB) en momentáneo estado de gracia debido a sus tres triples, el “Estu” provocó el canguelo en las gradas recortando paulatinamente la desventaja y colocándose a tan sólo dos puntos (58-60).

Pero apareció de nuevo sobre la pista el “primo de ZuMarcGasol”, que volvió a echar el cerrojo en su zona y que, en ataque, agarró un par de tiros que fueron suficientes como para sellar definitivamente el ascenso de su equipo, y para cerrar de manera definitiva la ausencia de la ciudad de Girona en la liga ACB.

Aún no sabemos qué hará el bueno de Marc, si nos regalará a todos, empezando por los suyos, un último baile en la máxima categoría del baloncesto nacional o se limitará, ojalá que no, a dirigir el proyecto de ingreso en la élite del Bàsquet Girona. Lo que sí sabemos es que ayer, con más de 37 años y medio cojo, nos regaló una actuación de 11 puntos, 8 rebotes, 5 de 5 en tiros de dos y 27 créditos de valoración. Y casi sin hacer ruido, como quien dice, pero siendo absolutamente decisivo para el primer ascenso a la ACB del equipo que él fundó para no dejar huérfana de baloncesto a Girona, y al que ahora lleva a la ACB.

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