Hacer de esto algo bonito

Lo he dicho siempre, para algunos el baloncesto es un deporte, pero para otros este deporte de la “pelotita naranja” es pura pasión. Y eso vengo a intentar transmitir hoy.
6 de la mañana
Horas lógicas para dormir, pero a veces, ya con una edad, el ser humano tiende a desvelarse. A que las horas se hagan eternas en una cama solitaria. Y pensé y pensé. Y terminé encendiendo el televisor para ver el partido de baloncesto que me perdí ayer. El de mi Cáceres Patrimonio de la Humanidad.
Sí, ya sabía el resultado. Sabía que habíamos ganado. Pero ya que ayer no pude verlo por diferentes causas, lo hice a las 6 de la mañana. Quería ver eso que tanto me lleva ilusionando y que me llevo perdiendo “el vivo y el directo” por mis labores laborales.
Alguien se empeña en hacer algo bello de esto
Ayer hablaba con unos amigos de lo que ha sido mi vida. De si estoy satisfecho de lo vivido, de cada paso dado. De los aciertos (en minoría) y de los tropezones que me llenan de llagas el cuerpo. Y no me arrepiento de todo lo vivido. Todo eso en un conjunto me ha permitido ser quien soy.
¿Bueno o malo? No lo sé. Pero sí me gustaría decir que gracias a esos fallos o no fallos, alguien confió en mí la temporada pasada para ejercer en “jefe de prensa” de ese club que siempre bendigo.
Y por el camino me encontré a gente maravillosa. A gente que suma. A esa gente que cuando lea esto, se le escapará una sonrisa. Y de todos ellos, los que salieron, los que entraron, me hacen estar enamorado del baloncesto.
Pero, respetando a Alberto, Arturo y Roberto, que sé que lo hubieran hecho de puta madre, me toca alabar a los que están. Y lo están haciendo de maravilla. Han hecho un proyecto que engatusa y desconozco si el aforo es bueno o no. Pero a quien no vaya a ver al Cáceres… se está perdiendo todo.
Sí, no es ACB, no está Manolo Flores, no está Nebosa Illic, no está Enrique Fernández. No. Eso es trámite de un pasado que nos endiosó.
Pero está Dani Rodríguez, un maestro en la pista y un tío que hay que conocer fuera de la pista. Está Adriá Alonso que acometió la faceta dura de sustituir a Arturo y a Roberto, y que además Basket Pasión, y yo personalmente, puede presumir del exquisito trato del técnico con nosotros.
Está un tal Joaquín Rodríguez, leonés de nacimiento y por lo tanto buena persona. Que vino a sustituir a mi amigo Alberto Blanco al que seguiré de por vida. Y te das cuenta, cuando sales de todo el enjambre del Cáceres que Joaquín es de lo más legal “ que ha parido madre”. Siempre que charlamos, terminamos la conversación con un “nos debemos una comida”. Y ganas tengo de ir para que esa comida sea real. Ya lo fue meses atrás y quiero otra. Porque Joaquín me ha demostrado ser mi amigo. Me ha demostrado que elogiaba y elogia mi trabajo.
Y es que tanto Joaquín como Adriá se están empeñando en hacer del baloncesto algo bello. Y no pido expectativas. Si no hay ascenso, vendré a escribir palabras similares a las de hoy.
Y si hay ascenso, seré el primero que desgañite a voces que la gente acuda al Multiusos, como antaño pasaba en el “V Centenario” o en el de la Ciudad Deportiva, donde conseguimos el ascenso. Porque Cáceres se merece su baloncesto de élite y este es el camino.
¡Ojo! No digo que Roberto o Arturo (amigos míos) sean malos porque son cojonudos. Y de vez en cuando escribimos de su periplo rumano donde van terceros. No digo que Alberto Blanco, mi gran Alberto fuera malo. Es la puta hostia. Pero ya no están en el proyecto.
Alejandro y directiva
Ya lo lanzo. Alejandro, mi sustituto. Por fin alguien fichó a un jefe de prensa en condiciones. Y no es que Javi Romo sea malo. Ya te lo lanzo desde aquí: una tertulia de radio con todos los del equipo cuando termine la temporada.
Adriá y Joaquín, gracias por tantas emociones. Gracias por hacerme seguir queriendo ser del Cáceres, en mi exilio elegido. Gracias por hacerme llorar incluso a las 6 de una mañana infernal de frío y humedad.
Joaquín, ¿qué hay de la comida?
Gracias por hacerme gritar por la calle “soy de Cáceres y soy del Cáceres”.

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