Por fin se hizo la luz.

Obradoiro en un partido importantísimo para su salvación, asalta Miribilla con un final de infarto.

Existe el dicho de que «Dios aprieta pero no ahoga»; yo no sé si el Apóstol intercede por sus congéneres en algún lado, pero si es así bienvenido sea, porque Obradoiro se jugaba ayer algo más que media vida, y después de muchos partidos con un sinsabor en el tramo final, por fin se supo ganar un partido igualado.

La liga está en su fase final y cada partido vale su peso en oro, los compostelanos afrontaban su viaje a tierras vascas con la presión de estar una semana más en puestos de descenso y con la necesidad imperiosa de victorias fuera de casa. A mayores, contaban con la baja de Janis Timma por problemas lumbares y la machada se tornaba dificultosa merced también a la solidez que estaba mostrando Bilbao en su casa en toda la liga.

Moncho Fernández planteó un partido en el que pivotó en una idea, la superioridad de Blazevic al cuatro sobre los ala-pívots bilbaínos; así Andersson ni el joven Thijs de Ridder (gran partido el suyo en ataque) nunca pudieron parar a un entonado Marek que posiblemente hizo su mejor partido de liga y fue pieza clave para la victoria gallega.

El partido comenzó con los gallegos muy enchufados y las primeras canastas locales fueron contestadas con un parcial de 2-13 de los blanquiazules que a mediados de cuarto mandaban 7-15 pero otro tirón blanquinegro metió de lleno a los locales en el partido.

El encuentro se movía en la igualdad más absoluta con tirones de tres o cuatro puntos para cada equipo que eran enjuagados rápidamente por el rival. Obradoiro dominaba el rebote pero estaba muy aciago en el tiro exterior, sobre todo un Jordan Howard que no tenía su día (0/7 en triples y 1/14 en tiros totales), por su parte Bilbao también jugaba a arreones compensando pérdidas absurdas con buenas acciones de Pantzar y De Ridder.

Al descanso partido en el aire (40/38), con un Obradoiro que se jugaba la vida y un Bilbao que no quería perder en casa, se preveía partido igualado y que se jugaría en las últimas posesiones, y así fue.

La vuelta al parquet fue nuevamente liderada por Obradoiro con buenos minutos del base americano Dotson que nutría bien de balones a unos pívots obradoiristas que funcionaban bien en ataque, de todas maneras el partido era trabadísimo y los triples de Smith volvían a poner a los hombres de negro por delante; así se entraba en los últimos minutos con el partido en el alambre.

A dos minutos del final un triple que se le salió de dentro a Alex Reyes y una falta antideportiva de De Ridder en una disputa con Blazevic marcaron el camino a Obradoiro que basó estas últimas acciones en la mano certera de Thomas Scrubb (ese ganchigo a 3 metros es un primor) y los tiros libres de Artem. Bilbao tuvo un tiro para empatar pero Obradoiro defendió bien la última posesión y el tiro forzado de Killeya-Jones no tocó aro.

Los mejores por parte local fueron De Ridder y Pantzar con 18 y 16 créditos de valoración respectivamente; por parte obradoirista destacar el buen partido de Blazevic , bien secundado por Pusoivy, que dominaron las zonas con 17 capturas entre ambos.

Al final explosión de euforia de las huestes obradoiristas y de los aficionados que se desplazaron a Miribilla, Moncho decía al final que esta victoria «es un soplo de ilusion y fuerza para los partidos que vienen».

La derrota de Breogán el día anterior hace que los compostelanos salgan de la zona de descenso que ceden a sus paisanos, y enfrontan los próximos encuentros con redoblada ilusión.

Ficha técnica:

72 – Surne Bilbao Basket : Renfroe (4), Kullamae (2), Alex Reyes (9), Andersson (6) y Hlinason (5) -cinco inicial-; Pantzar (8), Adam Smith (8), Hornsby (8), De Ridder (13) y Killeya-Jones (9).

75 – Monbus Obradoiro: Dotson (13), Jordan Howard (8), Thomas Scrubb (10), Blazevic (14) y Pustovyi (13) –cinco titular-; Zurbriggen (6), Mendoza (4), Streinieks, Alex Suárez (3) y Rubén Guerrero (4).

Árbitros: Carlos Peruga, Juan de Dios Oyón y Andrés Fernández. Sin eliminados.

Incidencias: Partido de la Jornada 30 de la Liga Endesa disputado en el Bilbao Arena ante 7.254 espectadores. Dato oficial. En los prolegómenos del partido se tributó un homenaje al equipo de la Fundación Bilbao Basket, campeón de su grupo en la Liga EBA.