Quince y a soñar

El CB starLabs Morón saca una ventaja muy interesante de las Islas pese a la baja de Jiménez

Empezaré de una manera especial: Normalmente, haría una composición de lugar para ilustrar el marco adecuado de la pura narración de lo acontecido. Sin embargo, en esta ocasión creo que no hay que enfatizar cómo, sino más bien quien o quienes. ¿Por qué? Pues porque, como en la presentación de las películas de Asterix y Obelix, hay un grupo de irreductibles aruncitanos que no dejan a su equipo sólo bajo ninguna circunstancia, que alienta siempre y se perfilan como el sustento de sus jugadores al “pintar bastos”. Un grupo de estos seguidores no dudó en montarse en un avión y plantarse en la Vega de San José. Aún a unos considerables 1400 km aprox. de distancia del Alameda, han logrado que los suyos se sintieran locales de forma espectacular. La afición esta temporada es el mejor jugador de rotación de una plantilla que, gracias a la afición, cuenta siempre con un jugador más de los que constan en el acta y el sábado en Canarias volvieron a dar el Do de pecho. Desde aquí, un sonoro aplauso para ellos y toda mi admiración. Ahora sí, vayamos a lo ocurrido en el 70-85 que permite a los sevillanos soñar con la siguiente eliminatoria.

A todo gas

¿Te gusta el baloncesto vertical? ¿Te gustan los partidos de ida y vuelta? Si es así, te aconsejo que vayas al canal feb, busques este partido y veas el primer cuarto. Los primeros diez minutos son una oda al juego vertiginoso, a la ausencia de especulación, y al ir al frente con todas las armas disponibles. Ninguno de los dos parecía estar condicionado los 80 minutos que dura la serie. Fue cómo si tanto lo que restaba de este encuentro, como el de vuelta, no existiesen; se enzarzaron en una pelea de parciales continuos, de “te vas y te agarro” y de “no te creas que esto va a ser fácil”. Las defensas, en vista de las circunstancias, decidieron que no era el mejor escenario para ellas. Acordaron irse de paseo a ver el Gran Canaria Arena y a disfrutar de las playas ante la mirada atónita de ambos entrenadores, en especial de José Santaella, a quién no le estaba gustando ni un pelo que los suyos fuesen incapaces de llegar a las esquinas, dejando a los tiradores rivales solos con demasiada asiduidad. El resultado de 27/28 es la mayor validación de mis aseveraciones anteriores.

Secaderos Don José

En el segundo periodo, al cuerpo técnico del CB Morón “le sacaron la piedra” (como dirían los panas venezolanos) y, tras los dos minutos de intervalo, con una bronca que hizo retumbar los cimientos de la Vega, obligó a los suyos a ponerse el traje de boa constrictor para ahogar a los chavales del Gran Canarias. El aumento del nivel de contacto absolutamente evidente, cada corte, cada salida de bloqueo, cada penetración local era entorpecida de alguna manera; incluso rozando el límite reglamentario más de una vez. El mensaje era claro: “si queréis anotar vais a tener que pasar por caja”.  Este cambio repentino en la intensidad defensiva andaluza pilló desprevenidos a los locales, que no encontraban la forma de escapar de la asfixia constante. Urbaniak, Diop y Paunov comenzaban a mostrar signos de desesperación al ver que no tenían un camino claro al aro y que, cuando lo tenían, se cortaba (de forma expeditiva) con una falta que a veces ni siquiera era señalada. El CB Morón, por su parte, seguía haciendo su trabajo en ataque liderado por un inconmensurable Kouadio y por un excelso Pavrette que literalmente estaban haciendo lo que les daba la gana. Siete arriba al descanso que tal y como había comenzado todo hacía que los aficionados moronenses suspiren un me sirve de alivio.

Caraja ma non troppo

El hombre es un animal de costumbres y el Morón, por lo visto esta temporada también; con lo cual la caraja no podía faltar a la cita. En esta ocasión, la sempiterna compañera de los hispalenses hizo tan sólo una visita frugal al final de este tercer periodo, echando por tierra un inicio perfecto. Durante seis minutos y medio el dominio de los de ayer de azul fue incontestable: no había manera de que Pablo Melo consiguiera la fórmula mágica para contrarrestar el aluvión al que se veían sometidos sus jugadores. Sólo Fernandez y Tovar en contadas ocasiones eran capaces de perforar el aro desde las temidas esquinas. El 17 abajo que campeaba en el electrónico presagiaba una paliza insalvable en la visita de la próxima semana, pero nada más lejos de la realidad. En los últimos 3.30 fue cuando la mencionada caraja hizo acto de presencia, haciéndose sentir con una desconexión brutal en ataque y con un bajo nivel defensivo. El parcial abierto de 8-0 dejaba una pregunta en el aire

¿Seguirá la caraja?

Pues la caraja no continuó gracias Santaella llamó de nuevo a capítulo. La reacción fue inmediata, violenta y devastadora. Los jugadores de Morón se transformaron en un huracán de intensidad cinco y comenzaron a engullir todo los aspectos del juego a su paso. La defensa volvió a funcionar como en el segundo cuarto, fruto de ella los contraataques se sucedían uno tras otro y eran culminados casi sin oposición. Justo a mitad del periodo el partido estaba ya sentenciado: una ventaja de 20 puntos en cualquier otra circunstancia hubiera sido celebrada, pero no en esta. Los Insulares, a sabiendas que quedaba aún otra batalla más, apretaron los dientes y se aprestaron a bajarla lo más posible. Pero su intento se quedó en eso. Los pesos pesados de la plantilla hicieron el trabajo de control de daños, frenando el ritmo y aguantando el resultado, para terminar en el consabido 70-85.

Este sábado sabremos si esos 15 puntos que permiten soñar se convierten en una realidad tangible y el Alameda explota como hace mucho… pero eso será otra historia. Sed buenos y mucho baloncesto.

Ficha Técnica:

Gran Canaria  70 : Redondo(2) Fernández (12) Cabrera(6) Paunov (13) Tovar 13 Diop(10) Urbaniak (12 ) González (2)

CB starLabs Morón 85: Kouadio (30) Pavrette (14) Parejo (13) Planell (6) Gómez (5) Martín (6) Santos (5) Marín (4) Zalazar (2)

Imagen: Dyrma Herrera