diciembre 6, 2024
logocculo

Hace unos días escribíamos de la falta de noticias del Cáceres Patrimonio de la Humanidad en el área de fichajes. El descenso a Segunda FEB conllevo una estampida lógica de jugadores. Pero la directiva no se vino abajo. Busco patrocinadores para reemplazar las ausencias de los mismos o las nuevas cantidades venidas a menos.

Cierto es que en un principio no era segura la participación del club. La inseguridad reinaba por doquier. Pero el esfuerzo tuvo su éxito y el proyecto ganaba enteros.

Y se empezó a construir desde la renovación de Dani Rodríguez, único jugador “útil” de la plantilla de la temporada pasada y se empezaron a fichar jugadores donde el buen trabajo y una pizca de estar en el sitio y momento oportuno hizo que lo que en principio eran jugadores se convirtieran en fichajazos como el caso de Edu Gatell, Oscar Alvarado o el mismísimo Fer Sierra.

Todos estos movimientos terminaban el día 5 de agosto con el fichaje de Jubril Adekoya. A partir de ahí… silencio. Y no dudamos del trabajo que están haciendo desde el club. Lo sabemos porque los seguimos a diario. Pero van diez días desde el último fichaje. Y los nervios, nervios son.

Queda medio proyecto por construir

Y si en el último artículo ya hablábamos al respecto, ahora con mayor motivo porque son cinco días más lo que han pasado. O son cinco días menos los que faltan para que esto comience.

Y hay que agilizar y coger algo más de velocidad para llegar a buen fin con una plantilla de garantías que ilusione y lo que hasta ahora se ha fichado, ilusiona.

La Copa de España a la vuelta de la esquina

Y tenemos que recordar que esta temporada todo se adelanta un mes. Si todas las temporadas esperábamos a principios de octubre para arrancar con la temporada, esta vez, la nueva Copa de España hace que tengamos que estar listos un mes antes. Por lo que el tiempo apremia a velocidades brutales.

Tenemos ganas de baloncesto. Queremos ver como Adriá Alonso pone toda la carne en el asador para llevarnos a una LEB Oro. Perdón, Primera FEB. Y Cáceres tiene el derecho en pensar que la Primera FEB se queda corta para una ciudad con mucha historia de baloncesto, con una afición digna de una ACB.

Pero hasta llegar ahí, el público tiene que responder a la llamada del club. A creer. Porque tenemos el derecho de creer que podemos. Pero esto no se trata solo de un cuerpo técnico y doce jugadores. Se trata de un pabellón de 6.500 asientos que deben estar ocupados por 6.500 culos. Ya lo hicimos en tiempos y podemos volver a hacerlo.

Solo necesitamos creer.

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