¡Vamos, leonas!

Y nada tiene que ver el título con el ambiente religioso que ahora se respira; sino más bien un llamamiento o un reconocimiento a la fuerza, a la garra, a la fiereza (siempre deportiva) de un equipo que emprende viaje a Estepona para conquistar la Final four de la Challenge que tiene por nombre Recoletas Zamora.
Ya están las jugadoras abrillantando las “loricas segmentatas”, ya están afilando sus “falchion”, ya sus “bacinetes” yacen sobre sus cabezas y sus “rodelas” en sus antebrazos y eso solo es signo de batalla. Porque, que nadie lo olvide, Recoletas Zamora va a por todas a la Final Four, sin miedo. Va conquistar un trofeo que lleva años intentando poseer y va a ser esta vez la que lo consiga. Va a por todo.
El primer partido
Y no es presunción, ni chulería hablar de primer partido cuando para dos equipos será el único partido. Pero no para las de Ricardo Vasconcelos. Aunque el duelo contra Unicaja Mijas, el sábado a las 19:45 horas, en el Pabellón Municipal La Lobilla, no va a ser fácil.
Hay dos claras diferencias o realidades que diferencia a los dos equipos:
- Recoletas Zamora viene en su esplendor, tanto en dinámica interna como en juego ejecutado. Viene en la mejor época de la temporada y ésta comenzó justo tras la derrota contra el Unicaja Mijas en el partido de la segunda vuelta en el Ángel Nieto.
Los tres partidos que se ha marcado Recoletas Zamora contra Azul Marino Mallorca, y los dos contra Domusa Teknik ISB (sobre todo el de casa) han sido gracias a un exquisito trabajo.
Si es cierto que el fondo de armario se queda un poco corto y que Davinia Ángel y Adrijana Knezevic están lesionadas. Pero aún así, este corto torneo ha de servir como homenaje a la serbia, a la capitana que se retira del baloncesto. Y qué mejor que hacerlo en la mejor liga de Europa. - Por contra, Unicaja Mijas, teniendo una plantilla que asusta, no pasa por su mejor momento. Viene de perder en casa de CAB Estepona por 82 – 78 en la última jornada de liga. Y por 68 – 71 en casa contra la Cordá de Paterna.
Si bien es cierto que en cuartos de los playoffs solventó cómodamente el partido en casa contra Vega Lagunera Toyota Adareva (88 – 54), el partido allí en una de las más bellas islas, sufrió un revés (59 – 54) que ponía en tela de juicio su pase a la Final a cuatro de Estepona.
Recoletas Zamora ha de estar pendiente de las hermanas Herlihy, de Cesarina Capellán y encargarse de que Celia García no tenga su día. La concentración y el buen trabajo deben estar grabado a fuego en estas grandes jugadoras que presumen del color naranja en sus camisetas.
No es regalo, es justicia
Pero, lo dicho. Aquí nadie regala nada. Aquí cada punto, cada canasta, cada acción positiva cuesta muchas gotas de sudor. Aquí cada paso está meditado. Por eso necesitamos que Joana Soeiro dirija tan magistralmente como ella sabe hacerlo. Que Sara Castro sea la maestra del juego y ofrezca su mejor partido de la temporada. Que Bea Sánchez esté presente en el juego de ataque tanto en el interior como en el exterior y sobre todo que haga esa defensa que sabe hacer y que ya hizo contra Domusa Teknik ISB. Que Sarah Polleros y Maaja Bratka saquen de una vez “su mala leche” y sean dueñas de la zona porque cuando el árbitro pita la amistad con lo ajeno se disipa. Que Amaya Scott engrase esos muelles que tiene como piernas y demuestre que solo sonríe a quien lo merece… pero fuera de la pista. Que Zoe Hernández y Estel Puiggros la líen tanto en defensa como desde la línea de tres.
Y que Aina Martín sea lo que está siendo esta temporada. Esa jugadora tan brutal e imprescindible.
Y que el resto, esas jóvenes que tendrán la oportunidad de ser convocadas, junto a Adrijana Knezevic y Davinia Ángel, se desgañiten desde el banquillo para llevar en volandas a su equipo para conseguir lo ansiado.
¡Augh, augh, augh… C. D. Zamarat!

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