diciembre 5, 2024
Real Madrid-Hiopos Lleida
1234T
Madrid2823151985
Lleida1312341978

Real Madrid

85

1234T
Madrid2823151985
Lleida1312341978

78

Hiopos Lleida

Real Madrid

85

-

78

Hiopos Lleida

  • Q1
    28- 13
  • Q2
    23- 12
  • Q3
    15- 34
  • Q4
    19- 19

En el WiZink Center, catedral de leyendas y dramas del baloncesto español, el Real Madrid salió como un ejército dispuesto a arrollar. Y lo hizo desde el inicio, con un demoledor 12-2 que dejó al HIOPOS Lleida tambaleándose como un púgil sorprendido por un golpe directo. Desde las gradas, aquello parecía una masacre anunciada, con el

Al final del primer cuarto, el marcador mostraba un lapidario 28-13. Para el descanso, los de Chus Mateo, con un Facundo Campazzo omnipresente, y un Serge Ibaka dominador en la pintura, habían tejido una ventaja que parecía insalvable. Los blancos jugaban como una sinfonía bien afinada, con triples que llovían desde el perímetro y una defensa que asfixiaba cualquier intento de reacción del HIOPOS Lleida. Mientras tanto, desde el banquillo, Gerard Encuentra miraba el marcador como quien contempla un muro imposible de escalar, buscando en su equipo el corazón y la chispa para cambiar el destino de una noche que parecía escrita en tinta blanca.

Y entonces ocurrió

El Lleida, ese equipo humilde que se había visto reducido a un espectador en su propia historia, volvió del vestuario con el fuego en los ojos. Gerard Encuentra, en una de esas charlas que pasarán a la memoria de sus jugadores, subió la chispa. Tres triples consecutivos cayeron como relámpagos, anunciando una tormenta inesperada. Hasbrouck, encendido como una antorcha en la noche, lideraba la remontada con el templo de un guerrero veterano. Oriola, poderoso en la pintura, y Bropleh, letal en el perímetro, se unieron al asedio.

En el tercer cuarto, el parcial era un insulto a las expectativas: 15-34. El público, incrédulo, veía cómo el Lleida desafiaba al gigante blanco en su propia fortaleza, quedándose a solo 7 puntos, 66-59, antes del último asalto.

El Real Madrid, que hasta entonces había jugado como un emperador confiado en su invulnerabilidad, se vio obligado a despertar. En el último cuarto, volvió a tomar aire con un 79-65 que parecía cerrar el ataque de los visitantes. Pero los catalanes, lejos de rendirse, sacaron las garras una vez más. A falta de 14 segundos, estaban a solo tres puntos, como un ejército a las puertas de un castillo.

Error de novato.

Sin embargo, un error de Caicedo, en un acto de desesperación, cometió una falta antideportiva que acabó de sellar el destino del partido. El Real Madrid, con la sangre fría de los grandes campeones, escribió desde la línea de tiros libres para poner el definitivo 85-78.

Fue una victoria, sí, pero también una advertencia. El Real Madrid sobrevivió, no venció con gloria. Y el Lleida, ese pequeño David que soñó con tumbar a Goliat, se marcha con la frente en alto y la certeza de haber rozado lo imposible.

Desde las gradas, uno no podía evitar imaginar a los viejos dioses del baloncesto inclinándose ligeramente, en un gesto de respeto, hacia el equipo que nunca se rindió.

Esto es baloncesto, esto es la liga Endesa.

Ficha técnica:

Real Madrid 85-78 Hiopos Lleida 

Real Madrid (28+23+15+19): Campazzo (11), Rathan-Mayes (16), Deck (6), Ndiaye (2), Tavares (-), -cinco inicial-, Llull (7), Ibaka (15), Hugo González (7), Hezonja (9), Andrés Feliz (2), y Abalde (10). ​ ​

Hiopos Lleida (13+12+34+19): Villar (2), Bropleh (18), Bozic (-), Caicedo (4), Cooke (4), -cinco inicial-, Hasboruck (15) , Walden (5), Paulí (8), Muric (8), Oriola (12) y Mauri (2). ​ ​

Árbitros: Alfonso Olivares, Sergio Manuel y Yasmina Alcaraz. Excluyeron a Caicedo por cinco faltas personales (m.39). ​ ​Incidencias: partido correspondiente a la jornada 8 de la Liga Endesa disputado en el WiZink Center ante 7.089 espectadores.

Foto: acb photo

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