El Supremo rebaja a la mitad la multa impuesta a la ACB por el antiguo canon de ascenso

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El Tribunal Supremo confirmó recientemente que la ACB imponía unas condiciones poco menos que leoninas a aquellos clubes que, en lo deportivo, lograban el ascenso desde la LEB Oro, lo que imposibilitaba de todas, todas la consumación del mismo.

Tanto fue así que, entre 2012 y 2016 solamente llegó a haber tres ascensos confirmados (con sus correspondientes descensos desde la ACB) de los diez que se ganaron sobre la cancha. Es decir, que la máxima categoría del baloncesto nacional parecía poco menos que un coto cerrado ya que, quienes querían acceder a ella, poco menos que debían endeudarse para poder hacerlo.

Todo ello tiene su origen en la denuncia presentada por uno de los clubes perjudicados, el Tizona Burgos, en 2015 ante la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC). Los burgaleses, recién ascendidos en la actualidad a la LEB Oro, demandaron a la ACB a quien la CNMC, previa sentencia de la Audiencia Nacional, le impuso una sanción de 400 mil euros.

No obstante tras el recurso de casación presentado en 2021 dicha multa ha quedado, según la sentencia del Supremo, reducida a la mitad, con lo que «paralizar» los ascensos y descensos le va a salir a la ACB por apenas 200 mil euros, poco menos que una miseria para el perjuicio causado a tantas aficiones y entidades.

Hay quienes ven esta sentencia, fechada a 26 de junio del presente 2023, como una buena noticia; y de facto tal vez lo sea porque, realmente, el Supremo le da en lo deportivo la razón al Tizona, confirmando la culpabilidad de una ACB que, desde 2017, se vio «obligada» a rebajar sus pretensiones para quienes pretendían acceder a la liga profesional por excelencia de todo el baloncesto español.

Pero es que no había otra, la verdad. Aquello era poco menos que inasumible; y la actitud poco menos que mafiosa o, cuanto menos, altamente clasista de la ACB hacía imposible e inviable, de cara a la verdadera justicia, su absolución.

El Supremo considera que solo se ha demostrado un efecto contrario a la competencia durante 5 años, en contraste con los 25 años que la CNMC había determinado inicialmente, amén de destacar que durante dicho quinquenio las condiciones económicas fueron aprobadas por la Federación Española de Baloncesto (FEB).

La decisión, pues, más que castigar a la ACB parece un dictamen encaminado a medio satisfacer a todo el mundo y a no dejar cabreado a nadie, empezando por una organización que ve cómo hacer de su capa un sayo aún más gordo durante buena parte del primer cuarto del siglo XXI apenas le ha salido por, como se suele decir en estos casos, dos duros de sanción.

(IMAGEN: LA VOZ DE GALICIA)

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