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acb Photo/Aitor Arrizabalaga

La Copa del Rey ACB Gran Canaria 2025 ha finalizado con el Unicaja Málaga alzando el trofeo del campeonato y dejando al Real Madrid como subcampeón de esta edición.

Cuatro días de baloncesto en estado puro. Eso es lo que se ha vivido en Gran Canaria desde el 13 al 16 de febrero. Una unión por este deporte donde hemos podido disfrutar de un baloncesto de alto nivel tanto en la Copa como en la Mini Copa.

Se habla de que esta es la fiesta de las aficiones, de que los valores del baloncesto están por encima del de otros muchos deportes y, sin embargo, permítanme que les diga que eso son falacias. La falsedad y la hipocresía también hicieron acto de presencia en esta Copa y qué quieren que les diga, pasé vergüenza ajena en algunos momentos. ¿Fue lo habitual? Evidentemente, no pero sí que debemos mejorar incluso en estos pequeños aspectos porque la Copa o es de todos, o no es de nadie.

Dividamos el evento en dos partes. La buena, que la hubo y mucha y también aquella menos buena, esa que parece que hay que ocultar para no manchar lo ‘bien queda’ que son algunos.

Desde el primer día, la Copa estuvo marcada por las emociones de los encuentros y por qué no decirlo, los reencuentros. Poner cara a aquellos con los que interactuamos constantemente en redes es un honor y un orgullo. Mención especial a Jordi Valle y Eneko Erraiz, sobre todo Jordi, que tiene un espíritu incombustible y  transmite un buen rollo que se contagia, ¡petons, mis niños! Luego estaban las aficiones. Clasificados o no, estaban todos disfrutando del evento. Una de las que más me emocionó fue la de Baskonia. Verlos allí, con su charanga, dándolo todo desde el segundo uno en el Parque de San Telmo era para quitarse el sombrero. Chapó por los baskonistas que, sin estar clasificados, fueron los primeros en aportar buen rollo a este evento y calentar las calles de Las Palmas de Gran Canaria. ¡Zorionak!

Lo mismo va para otras aficiones, Burgos, Coruña, Palencia y otras tantas, miraras donde miraras había un aficionado u otro, y todos aportando su granito de arena a la diversión y el disfrute común. Esa sí que fue una verdadera fiesta de la afición donde se compartían risas, comentarios, se intercambiaban bufandas y se disfrutaba del compañerismo en estado puro. No había colores, sólo una ciudad increíble que nos acogía a todos y de la que disfrutar de nuestro vicio, el baloncesto.

Y llegaron los partidos

Para los grandes, porque la Mini Copa se empezó a disputar con un día de antelación, abrió la edición una Málaga – Penya. Reconozco ir con los segundos aunque vencieron los primeros. No pude celebrar la victoria de mis hermanos verdinegros pero, fue un placer tenerlos aquí. En el segundo partido entre mis canaristas y el Barça, es más que evidente que canté los triples de Marcelinho como si de Albicy se tratase. Nuestros hermanos vencieron y pasaron de ronda esperando lograr la machada de pasar de semis. 

La siguiente jornada la abrió el Baxi Manresa frente al Real Madrid, yo iba con los primeros aunque ganaron los segundos, honor a ambos ya que manresanos y madridistas animaron por igual. Eso sí, lo de “Puta Real Madrid” me sobró desde el segundo uno. Se puede apoyar sin insultar y lo mismo con los pitos a Hezonja. Al MVP de un partido se le respeta y punto, por mucho que no te guste. Por último, el Granca contra Valencia, que se está convirtiendo en un clásico de nuestro baloncesto y donde mis claretianos han ampliado un poquito más, la maldición de los taronjas en la isla. Victoria de los anfitriones que nos sirvió para celebrar el pase como el que gana la Copa.

Semis con sabor canario

Y lo fueron porque estaban los dos equipos canarios clasificados, eso sí, ambos terminaron con el mismo resultado, perdiendo su partido. La Laguna Tenerife lo peleó ante el Unicaja Málaga y el Granca lo hizo contra el Real Madrid. Un imposible para ambos aunque el intento y el soñar no nos lo quita nadie. Orgullosa de que los dos equipos de las islas hicieran un buen papel en esta edición de la Copa. Por desgracia, aquí viene el primero de los puntos donde pasé vergüenza ajena. El MVP del partido del Granca fue Edy Tavares. Pues bien, mientras duraba su entrevista al finalizar el partido y el jugador hablaba de todo lo que le había dado esta isla, una panda de energúmenos no hicieron otra cosa más que silbar y pitar al jugador.

acb Photo / Emilio Cobos

Vamos a ver porque esto hay que explicarlo para que se entienda. Lo último que quiero es que en mi casa, mi Gran Canaria Arena, se le falte al respeto a un jugador que va paseando el nombre de Gran Canaria por donde quiera va, que no reniega de quién le dio la oportunidad de brillar en este deporte y que ama esta isla incondicionalmente. Una persona que, cada vez que tiene una oportunidad, nombre a la isla que le abrió las puertas a un futuro mejor y tal y como él reconoce en cada ocasión “me dio a conocer al mundo”. Entiendo que el jugador te pueda caer bien, mal, regular o simplemente, no caerte de ninguna de las maneras, todo lícito y respetable. Ahora bien, los aficionados al baloncesto, que nos vanagloriamos y llenamos la boca de decir que en “nuestro deporte” se respeta a todos por igual, fuimos los primeros en silbar e insultar a un jugador tras ganar un partido. La hipocresía se cuenta sola y repito, no en mi casa. Pasé vergüenza propia y ajena y aquí hace falta añadir lo de siempre, si no tienes nada bueno que decir del que está hablando, guarda silencio y mándate a mudar, pero respeta.

Ambas finales y mismo guion

Tuve la maravillosa oportunidad de estar en las dos finales disputadas en el día de ayer. La primera a la una de la tarde en la final de la Mini Copa entre Barcelona y Real Madrid. Disfruté viendo jugar a los enanos, algo que también había hecho durante los días anteriores, y me alegró ver y comprobar de primera mano, el nivel del futuro de la cantera que tenemos en este país. El Barcelona ganó y no quedaba más que felicitar al campeón y a su rival por el buen hacer de ambos. 

Desgraciadamente y, como tontos hay en todas partes, volvimos a lo mismo, pitos a unos NIÑOS que recogieron el trofeo de subcampeones. Se les debería caer la cara de vergüenza a esos que hablan de su “superioridad moral” cuando tienen los santos bemoles de silbarle a unos chavales que no han tenido durante la copa ni un mal gesto ni nada, salvo vestir la camiseta de un club que no les gusta. Lo siento pero gente así no la quiero en un evento que es para el disfrute de todos. Los chavales no se merecían ese espectáculo dantesco. 

Ahora bien, si quieren ustedes saber qué son los valores de este deporte, cómo de implicados hay que estar en la pista, con tus compañeros y con tus rivales, sólo tienen que mirar a Mateo Osorio. El jugador del Gran Canaria con su 1,47 (y no lo afirmaría con seguridad), fue todo un ejemplo de actitud y carisma, reconocido por propios y extraños. Implicación, garra, coraje, compañerismo y todos esos valores que nos encanta ver en una cancha de baloncesto.  Por eso, le fue concedido el premio a la ACTITUD en la Mini Copa y es que les juro por mi vida que te enganchaba verlo en la pista. Ojalá poder ver y disfrutar de más Mateos en la pista y en la gradas y menos “entendidos” de tomo y lomo que no saben cuando mantener la boca cerrada.

La final de los grandes fue más de lo mismo. Unicaja fue un rodillo sobre el Real Madrid y, además, contaba con el beneplácito de la grada. Me parece justo y lógico que todos los equipos con presupuestos bastante más reducidos a los dos grandes de la liga, Madrid y Barcelona, nos unamos para lograr la machada y hacer cumplir la historia de David contra Goliat. Es algo digno de verse y de disfrutarse. 

Aclaremos que aquí los pitos no fueron dirigidos a Llull sino al presidente del Cabildo de Gran Canaria, quien tiene calentita a la afición claretiana (cosa que desarrollaremos en otro momento). El error fue que esos pitos se alargaron hasta que el campeón recogió el trofeo y pareció lo que no es. Que se le pitaba al Real Madrid. Ojo, que la afición tenía que haber parado en el momento que el jugador recogía el trofeo y entiendo el malestar de los blancos pero era necesario aclarar el malentendido. Ahora bien, eso no justifica los cánticos a Musa tras un golpe recibido en la tráquea, al que le acusaron de hacer teatro. La memoria de algunos es demasiado escasa o, en su defecto, tienen menos luces que un barco pirata porque si ustedes no lo recuerdan, lo haré yo. Entendí a la perfección la reacción y el enfado de jugador porque un lesión por un golpe similar, lo tuvo apartado de las canchas. Juzguen ahora desde otro prisma y díganme que, si fuera un jugador de su equipo, habrían olvidado ese dato.

Dicho todo lo anterior, honores al Unicaja Málaga que mereció la Copa más que nadie.

Seamos justos, nos queda mucho por corregir

Me alegró el buen hacer de la organización, pequeños fallos que corregir y me faltó más publicidad a lo largo y ancho de la capital para hacer saber a los lugareños, la cita tan importante que se iba a desarrollar en su ciudad. A parte de eso, no podemos achacarles mucho más.

Soy la primera en vacilar en redes sociales, en hacer comentarios jocosos y en utilizar el humor negro cada vez que hablo de baloncesto. Dicho esto, que todas las aficiones necesitamos también corregir parte de nuestra actitud a los llamados “equipos grandes”. Esta fiesta es de todos y para todos, sin excepciones. Indistintamente si su presupuesto es mayor, menor o no tienen donde caerse muerto. Ningunear a los grandes no es lo correcto. El vacilón está bien pero no las faltas de respeto y de esas, se vivieron unas pocas en la isla. 

No podemos llenarnos la boca de ser “mejores” que los futboleros y desarrollar un complejo de inferioridad y de insultos cuando hablamos de los grandes. Aquí, queridos míos y métanse esto en la cabeza, nos necesitamos entre todos para sobrevivir. Ellos no pueden hacerlo sin nosotros y viceversa. Así que les pido que respeten a sus contrincantes aunque no les gusten porque este deporte es de TODOS y no sólo de aquellos que se creen por encima por tener menor presupuesto. Eso no te da la razón y mucho menos dar lecciones de nada. Esas lecciones se imparten desde el respeto por y para todos. Todo lo demás, es convertirse en lo que tanto dicen odiar algunos. 

Ahora, toca agradecer a todo aficionado con el que me tropecé y disfruté. Al que abracé, con el que reí y lloré a partes iguales. Ustedes son los que dan vida a esta Copa. Gracias a mis aficionados al Granca por ayudarme en todo lo que tenía que hacer, Marta, Dani, Irene, Paco, César, mil gracias por todo. Por último, gracias a Basket Pasión por dejarme tener mi espacio para escribir, grabar y enviar todo lo que pude sobre la Copa, sobre todo, a mis compis Álvaro Blanco y Will García. El primero, porque era el encargado de hacer casi todo el trabajo de redes tras todos los vídeos que enviaba, el segundo, por su apoyo moral y resolver todas las dudas arbitrales que me iban surgiendo a lo largo de los días. No hay nada mejor que estar rodeada de un equipazo como este. Se les quiere y estoy deseando que llegue ya la Copa 2026.

Imágenes obtenidas del ACB Media Center.

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