Lecciones de la ‘dana’ que azota Valencia
En esta web somos apasionados del baloncesto, pero ante todo somos personas. Y, dejadme que presuma, mis compañeros de web son unas grandes personas. Hoy queremos dejar de lado el basket y hablaros de lo que está pasando, principalmente, en Valencia. La reciente depresión aislada en niveles altos (dana) que golpea Valencia con una virulencia inédita ha dejado una profunda preocupación entre expertos y ciudadanos de todo el país. Según todos los expertos las condiciones de esta tormenta podrían repetirse, por ejemplo, en Palma, de donde yo soy. Estos expertos subrayan que, en la capital mallorquina y en Marratxí, unas 130,000 personas residen en zonas inundables, lo que representa un alto riesgo de catástrofe. «Lo que está ocurriendo en Valencia pasará algún día en Palma», advierte.
Un cambio climático que agrava el peligro
La magnitud de las inundaciones en Valencia es comparable a la de las catastróficas tormentas de 1982 y 1987, cuando la presa de Tous se rompió tras intensas lluvias. Sin embargo, en esta ocasión, los daños son más extensos debido al crecimiento urbano y al aumento de la intensidad de las precipitaciones, factores exacerbados por el cambio climático. El calentamiento global predispone a una mayor disponibilidad de vapor de agua en la atmósfera, lo que desemboca en lluvias torrenciales, este fenómeno, junto a factores naturales, eleva la intensidad de cada episodio.
Mallorca y las zonas inundables: un peligro tangible
Actualmente, el área de Palma y Marratxí alberga a 130,000 personas en zonas susceptibles de inundarse. En 1956, el área vulnerable en Palma era de unos diez campos de fútbol. Hoy equivale a 250 campos, la urbanización sin restricciones en estas áreas agrava el riesgo.
Las zonas más vulnerables de la ciudad incluyen áreas densamente pobladas como la calle Manacor, Pont d’Inca y es Figueral, y puntos críticos como el parque de bomberos de Palma y la Vía de Cintura. Es importante adviertir que, si la reciente dana hubiera golpeado Palma, «habríamos enfrentado una catástrofe de proporciones similares a las de Valencia».
Las nuevas tecnologías son una herramienta vital para salvar vidas
Con el propósito de mitigar los riesgos, se desarrollan aplicaciones como RiscBal, un sistema de alerta temprana para dispositivos móviles. Esta herramienta es accesible para todos y emite avisos en tiempo real sobre posibles riesgos de inundación y cortes de carreteras, como los emitidos recientemente, que ayudaron a evitar accidentes y permitieron cerrar accesos peligrosos. La gente debe tomar conciencia de los riesgos donde vive, una mayor concienciación y el uso de herramientas como esta pueden salvar vidas.
Preparación y solidaridad: claves para enfrentar futuras crisis
Las historias de quienes han perdido todo o han visto peligrar sus vidas tras estos fenómenos sirven como recordatorio de la importancia de la solidaridad y la cooperación en tiempos difíciles. Se debe hacer hincapié en el rol fundamental de la prevención y la educación. Si el 95% de los habitantes en zonas inundables no son conscientes del riesgo, esto es un problema de falta de información, si nos encontramos atrapados en una tormenta de este tipo, subamos a los lugares más altos y evitemos desplazarnos en coche.
El deber de cada individuo y comunidad de actuar con responsabilidad, y de cuidar unos de otros en situaciones de emergencia. La tecnología y la información son armas poderosas, pero la colaboración y la empatía en tiempos de crisis son igual de cruciales para protegernos. Debemos cuidar los unos de los otros, debemos ser solidarios, al final solo nos tenemos los unos a los otros y ante catástrofes como la de Valencia hay que dejarlo todo de lado y darnos la mano los unos a los otros.