diciembre 7, 2024
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Rememorando aquel título “filmístico” de 1967 venimos a vitorear y empujar a nuestros doce para que hagan las argucias de la misma película, aunque éstas serán totalmente deportivas y, por lo tanto, nada sucias, y así conseguir el objetivo marcado.

No serán los Lee Marvin, Charles Bronson, Ernest Borgnine y demás… ¡ya quisieran ellos! Ya quisieran tener la misma (jamás referida al color de piel), ya quisieran tener ellos el mismo coraje, las mismas ganas. Mientras aquellos desconocieran la ubicación de nuestro fortín, éstos se enfundarán la elástica verdinegra con su parte antigua “sombreteada” en ella del Cáceres Patrimonio de la Humanidad.

Nuestros Doce del Patíbulo ya están definidos. Ellos son:

  • Dani Rodríguez: que, a poco de la cuarenta, su edad ya no le permite la resistencia de lo que un partido entero de baloncesto supone. Jugará los minutos pertinentes que Roberto Blanco así estime. Y en ellos Dani Rodríguez, del que suponemos adquirirá el estandarte de capitán, dará lecciones de como conducir a su equipo, a nuestro equipo, a la victoria a través del trabajo.
  • Pablo Sánchez o San Pablo Sánchez del que habría que hacer una petición gubernamental para que nombren el día de San Pablo como onomástica en referencia al baloncesto cacereño. Suena para base titular, con la venia de Dani Rodríguez. Y del que esperamos, si las lesiones que le fustigan le permiten, maestría en el descaro de un joven, la intensidad defensiva de un león y el arrojo cara al aro donde hemos visto y queremos ver tomar esas decisiones que tan sólo él sabe ejecutar.
  • Vaidas Cepukaitis será una de las torres infranqueables en las dos zonas. Ya conoce Cáceres, ya nos conoce a los cacereños y ya sabe él lo que queremos del equipo y lo que esperamos de él. Y eso es que tiene que dar un paso adelante, un tío que se imponga en la zona al que el resto de “altos” de este juego les incomode enfrentarse a él o hasta en la osadía de visitar nuestro cartel suene el rumor: “Partido muy duro. Está Vaidas”. Y si ello les quita el sueño mejor.
  • Juanjo Santana, joven toledano, deberá sacar solo lo positivo de su anterior etapa en Bueno Arenas Albacete Basket y olvidarse del descenso. Tiene juventud para demostrar que es oro y queremos ver el color de ese metal en él. Tiene capacidad de dominar en las dos posiciones de juego interior. Y deseamos ver como ejercita su mano en el tiro de más allá de la línea blanca, pues ahí lo sabe hace muy bien.
  • Pablo Rodrigo es una de las perlas del nuestro baloncesto. Pero las perlas necesitan su fecha de caducidad para convertirse en estrellas. Y eso es lo que nosotros esperamos del madrileño que posee unos buenos fundamentos y que ya conoce la categoría porque jugó en Melilla la temporada pasada cedido por Fuenlabrada. Es un buen defensor y en Cáceres, visto lo de la temporada pasada, necesitamos alguien que inculque lo que es una defensa fuerte, sin titubeos, sin dar un respiro.
  • Hansel Atencia, jugador importante de origen colombiano, asiduo en su selección, que conoce los sabores y sin sabores de la LEB Oro, pues su estancia en el Movistar Estudiantes ya le ha hecho darse cuenta que esto que él ve y que le rodea es oro y para ganarse el oro hay que sufrir. Jugará de base, posición quizás algo saturada en el equipo por lo que si quiere jugar se lo tendrá que ganar. Es creador de juego y anotador, y así lo queremos ver en Cáceres.
  • Gael Bonilla. El ecatepequense es un alero alto (2.04) con las ventajas que ello produce. Es un jugador muy joven que destaca sobre todo en defensa y que en ataque no lo hace mal. Dicen los que entienden de baloncesto que tiene una proyección, que es una de las mayores promesas del baloncesto mexicano. Pero, Gael, olvídate de ser promesa. Aquí hemos cambiado esa palabra en nuestro diccionario por “realidad” y así te queremos en Cáceres: real y capaz.
  • Greg Gantt se posiciona como el artillero mayor de Cáceres Patrimonio de la Humanidad. Es experiencia y, aunque nacido en Florida, no ocupa plaza de extranjero por tener la doble nacionalidad. Conoce a la perfección nuestro baloncesto y el baloncesto de la LEB Oro porque son muchos los equipos donde ya ha jugado. Debe ser un hombre de referencia en nuestro juego. Su posición es escolta.
  • Andre Dikembe será nuestro pívot fuerte, nuestra mole en la zona, el ogro de cualquier contrario que quiera pisar el trapecio de color. Sus 2.06 y 115 kg han de servir para eso. Compensará perfectamente los puntos flojos de Vaidas Cepukaitis y entre los dos formarán un buen conjunto para el juego interior del Cáceres. Su 1×1 de espaldas al aro tienen que servir para algo y ha de ser visto ejecutado con precisión en el Multiusos.ç
  • Daniel García-Casarrubios tiene una altura portentosa (2.08) y procede de la cantera del Estudiantes por lo que se entiende que buena formación trae. Aternará el EBA con el Oro y se tendrá que ganar cada segundo a golpe de sudor. Sus 19 años le hacen ser sensible de una mejor grande y Cáceres está para eso, para ver crecer a los grandes y que se conviertan en grandes (léase Pablo Sánchez).
  • Pau Carreño puede convertirse en el perfecto sexto hombre sobe todo para que cuando salga desde el banquillo no se note ninguna ausencia. Tiene buen tiro exterior y sabe sudar la defensa. Y ha de demostrar ambas cosas en Cáceres. Además, dentro de la zona es un “Felipe Reyes” por lo tanto ayudará en el rebote.
  • Remu Raitanen es un ala-pívot que tiene muy buen tiro exterior lo que puede que como tenga el día tonto, vuelva loco a sus defensores. Sabe trabajar el bloqueo directo y continuar para tirar a una mano. Es de los impresionantes que arman rápido su brazo para ejecutar un tiro a la perfección. Es muy disciplinado con amplio margen de mejora sobre todo en defensa.

Estos son nuestros Doce del Patíbulo. Esto es lo vamos a tener en la temporada y con ellos vamos a ir a muerte.

Variedad e intensidad, al menos en su primera concepción, existe. Pero por la definición de los elegidos y por la experiencia de la temporada pasada, Roberto Blanco va a querer jugar en muchas ocasiones de cualquier partido con dos “bajitos” que lleven el control de juego.

A Cáceres le queda una temporada de baloncesto y de ilusión.

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