Si Coria llora, yo lloro
Lo bueno de las redes es que te mantienen conectado en todo momento con toda persona. O en este caso con toda entidad. Y más en este caso que se trata de una gran entidad o de un gran club como es el C. B. Coria. Y los “auriblancos” no dejan de ser mi familia.
Y hoy Coria del Río llora, hoy mi C. B. Coria llora y por lo tanto yo, hoy lloro con junto a mi familia. Hoy toca despedir a “Vicentito” y todavía recuerdo cuando fui a mi blog “El Disonante” a despedir a un gran amigo de Coria del Río. A ese canito de ojos azules con el cual disfrutaba tomando cervezas.
Pero hoy se va Vicente Rodríguez Sosa, a quien todos conocían por “Vicentito”. Y he de reconocer que no tuve la suerte de conocerle pero el dolor de C. B. Coria es dolor mío también y más si “Vicentito” fue una entidad del baloncesto que se mama desde principio de agosto hasta final de junio.
Y curioso es que tal escribo estas palabras suena en mi ordenador «Il silenzio». Vaya por ti.
Todos te llaman Vicentito, pero déjame que llame Don Vicente porque fuiste parte fundamental en la historia del club. Siendo directivo, jugador, entrenador, socio, colaborador… Un club donde yo tan solo fui segundo de un enorme entrenador y volvía locos a muchos por intentar innovar.
Sé que hace poco escribiste un libro donde plasmabas el amor por el baloncesto de estos locos que el día 10 de agosto se ponen a entrenar como si la vida les fuera en ello. Libro del que voy a hacer lo imposible por hacerme con él.
Libro del que El Diario de Sevilla define como un recorrido emocional y nostálgico por el baloncesto coriano. Y los mismos presentan el artículo como: “La semilla la puso el tubo catódico. Primeros 60. Un país en blanco y negro. Y de o blanco o negro. Nadie en Coria del Río había oído hablar de baloncesto, ni había visto un partido, ni mucho menos conocía las reglas”.
Ahora solo te digo, sin haberte conocido, que descanses en paz. Que mires desde arriba a ese pabellón del que yo en la distancia recuerdo azul y blanco y que gracias a ti y a otros muchos, tiene condensado bajo su techo mucho baloncesto y sobre todo mucha educación.
Pasaste, jugaste, educaste, colaboraste, dirigiste… ¡Tío, tú has dejado una huella tan imborrable que hoy te dejo estas palabras de un tío que está aprendiendo a escribir!
Coria, sigo lejos, aun sin credibilidad, pero mi pesar está con vosotros.
Os quiero.
P. D. : No pedí permiso al club por el uso de la imagen, espero que no haya problema.
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