Y el último pinchazo para… Greg Gantt
Tocaba madrugar hoy domingo y no precisamente para desayunar unos churros, que bien apetecen. Pero se ha madrugado un poquito ara acudir a las instalaciones del Hospital Quirón Salud donde a las 9 pasaría su reconocimiento el último jugador, Greg Gantt (con permiso de Gael Bonilla, que lo hará cuando pise tierra cacereña).
Y como siempre uno entra y saluda tanto a la parte del club como al jugador que me estrecha la mano y luce una alucinante sonrisa que contrasta con su color de piel. Las primeras palabras las intento decir, por educación, en inglés para hacer sentir más cómodo al jugador. Que evidentemente, tras sus años en Valladolid, Ponferrada, Orense, Palencia, Zornotza y Huesca habla un perfecto castellano con acento de Gainesville.
Es decir, un ratito de cinco minutos que siempre merece la pena, acompañados por el personal del Hospital, siempre atentos a su trabajo y atentos a nuestra comodidad.
Después la rutina de siempre. El terror al pinchazo para la analítica, el electrocardiograma, que la “maquinita” parecía aletargada por el domingo, pero funcionó bien, como siempre; y el reconocimiento médico.
Y como resultado: todos están sanos
Y ahora toca engranarse. Toca batir records mundiales de acoplamiento grupal. Necesario para el buen desarrollo de un proyecto que motiva mucho.
Hoy a las 17:30, estos jugadores desempolvan los balones estancos en sus rejas, con ganas de salir a sentir el contacto humano. Hoy será el primer entrenamiento. La primera vez que veamos a todos los jugadores juntos y nos empiecen a aportar sensaciones.
Sensaciones que satisfagan ilusiones. Y ahí también esperamos a nuestro paciente de hoy. Y esperamos que sea el Greg Gantt del UECM Real Valladolid de sus dos primeras temporadas o el que jugó en Orense.
Todo está listo y todos tenemos ganas.
¡Vamos, Cáceres! Es nuestro año.
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