Cuando el periodismo se convierte en fanatismo
El periodismo es una actividad profesional que consiste en la obtención, investigación, tratamiento y difusión de informaciones y análisis, a través de los medios de comunicación social como la prensa, la radio, la televisión, el Internet, entre otros.
El propósito principal del periodismo es dar a los ciudadanos información veraz y oportuna para hacer valer sus derechos ante la sociedad, además, mayormente es utilizada por los medios de comunicación para transmitir noticias, opiniones o críticas que enriquezcan al público.
El fanatismo es la pasión o actividad manifestada de manera desmedida e irracional, desmedida, irracional y tenaz de una religión, idea, teoría, cultura, estilo de vida, persona, celebridad o sistema, entre más aspectos que podrían desencadenar un fanatismo. El fanático es una persona que defiende con tenacidad desmedida sus creencias y opiniones. También es aquel que se entusiasma o preocupa ciegamente por algo o alguien.
Dos términos sacados de la Wikipedia que para nada ha de coincidir con la definición exacta del Diccionario de la Real Academia Española pero que si deja una idea de lo que quiero decir en este artículo.
Pero, que me disculpen mis amigos periodistas o los que van camino de serlo. Pero el periodismo no coincide en nada en su esencia de lo que antaño era. Y lo tenemos a la orden del día en cualquier medio de comunicación sea escrito y sobre todo radiado. La idea de informar se cambia por generar adeptos fanáticos de la misma ideología del difusor del programa en cuestión. Cosa que genera odio.
Ya lo he hablado más de una vez. En la televisión nocturna se da. En alguna radio de 24 horas se da también. Y el baloncesto no se libra de ello.
Hoy hablaba con un compañero de otros temas para acabar en el tema que aquí nos preocupa. Y es que si logras ver, medio en condiciones, alguna vez algún partido de los emitidos por Canal FEB Tv los locutores, periodistas, debían ser neutros y contar un partido como debe ser. Pero son acérrimos seguidores del equipo local y no se dan cuenta que el 80% de los que están viendo ese partido pertenecen a la afición visitante.
Y el problema es que a veces tan siquiera conocen la plantilla del equipo que juega de visitante. La neutralidad se cambia por la mofa y hasta por la humillación del contrario si el parlante es ágil y es capaz de colar algún gag.
Pero la cuestión que parece que esta situación es la que gusta a una sociedad enferma, sin valores y que tan solo quiere la muerte “deportiva” del contrario. Tanto en aficionados como en locutores.
Mucho más acelerado en el fútbol, deporte del que hoy he leído el titular: Sanción a Vinicius en Brasil. Y no es que FIFA haya sancionado en ningún momento al jugador, sino que el autor buscaba un titular para generar “clicks”. Sanción ninguna.
Los periodistas, locutores y demás debieran hacer un acto de autocrítica y volver a los valores de antaño que antes nombraba. Y narrar un partido de modo neutral, porque estamos perdiendo la esencia de todo. De absolutamente todo.
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