septiembre 8, 2024

El derbi de Juan C. García y compañía.

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1234T
Tenerife2920192593
Gran Canaria1729242292

Leovo Tenerife

93

1234T
Tenerife2920192593
Gran Canaria1729242292

92

Dreamland Gran Canaria

Leovo Tenerife

93

-

92

Dreamland Gran Canaria

  • Q1
    29- 17
  • Q2
    20- 29
  • Q3
    19- 24
  • Q4
    25- 22

El Dreamland Gran Canaria pierde el derbi gracias a la desidia arbitral, con triples fuera de tiempo, técnicas de risa y la expulsión de Jaka Lakovic, que poco les dijo.

Jamás me habrán visto ustedes nombrar a un árbitro en el titular pero es que hoy, Juan C. García se lo ha ganado a pulso. Indigno el arbitraje que ha recibido el Gran Canaria en el Santiago Martín. Por eso, los de Lakovic son los vencedores morales de este encuentro, porque no sólo luchas contra el rival sino contra el trío arbitral. Desde el primer cuarto lo han intentado, faltas inexistentes como la de Albicy a Jaime, triples fuera de tiempo y así, 40 minutos de partido en lo que el Gran Canaria ha tenido que bregar contra todo y contra todos. Y como no, todo se resume en una falta final inexistente. Todo lo que no sea un comunicado y denuncia del Granca ante tal atropello, me parecerá injusto.

Antes de seguir, lo primero es desearle a Jaime Fernández una pronta recuperación de su lesión, que no tenía buena pinta y felicitar a Marce por su récord.

Dicho esto, no voy a hacer una crónica al uso. Me pienso despachar a gusto porque, entre otras cosas, es necesario. La Liga Endesa, considerada la mejor de Europa, no puede tener un nivel arbitral tan bajo, es incomprensible. Empecemos con la técnica a Bassas, esa que precede al calentón de Lakovic. Un gestito con la mano que los árbitros consideran fueran de lugar. Lo malo, es que las aireadas protestas de Huertas tras una falta, no son consideradas de igual manera. Me encantan los criterios arbitrales parejos, nótese la ironía.

Seguimos, ataque del Lenovo donde Fernández se rompe solito y, qué casualidad, pitan falta inexistente a Albicy. Lakovic jura en arameo y se lleva dos técnicas consecutivas (merecidas pero, poco les dijo). Resumiendo, un jugador se lesiona solo y se salda con 4 tiros libres y posesión para su equipo. Por cierto, las revisiones son los padres, ¿para qué revisar una no falta y ver la metedura de pata monumental que has hecho?

No se vayan todavía que, aún hay más.

No puedo negar que ese momento de expulsión de Lakovic, saca a los nuestros del encuentro. Pero García y compañía, no contentos con eso, dan por bueno un triple fuera de tiempo de Sastre, que se salda con aviso de técnica a AJ Slaughter que lo reclamaba insistentemente. A mí me tienen que explicar despacito y con buena letra qué es revisable y qué no lo es porque, ya me dirán ustedes que ni siquiera fueron a comprobar si pisaba o no la línea. Bien ahí el criterio arbitral, barriendo para casa como si no hubiera un mañana.

A pesar de los pesares y la mala fe de la banda del pito, el Granca consigue apretar el marcador yéndose al descanso con un 49-46.

Segunda estrofa igual que la primera.

La vuelta de vestuarios trajo consigo un Gran Canaria enchufado y un trío arbitral que entiende que, los mamporros no son falta si los hacen los aurinegros. Hasta 5 consecutivas hizo Gio en la misma jugada, pitando la friolera de 0 faltas. Rezando estoy para que me toque un árbitro así en el Arena aunque creo firmemente que eso no lo verán mis ojos.

Y así nos vamos al último cuarto, 2 arriba pero con el gran Juan Carlos García pidiendo calma, que esto lo arregla él. ¡Y vaya si lo arregló!

Para empezar, por lo visto está bien darle castañazos a Pierre Pelos, llave de Judo incluida. Total, es francés y no lo va a notar. Lo más surrealista es que te piten en ataque una falta que debería ser en tu favor y no una, sino dos veces. Así que sí, una falta que si lo fuera, debería ser en ataque, se convierte en tiros libres en los segundos finales de un partido que tenía que haberse ido a la prórroga. Bueno, mejor dicho, que habríamos ganado de no ser por aquel triple fuera de tiempo.

No voy a poner ni una pega al partido de los claretianos. Quizás deberíamos haber afinado un poco más el rebote pero eso da igual, porque aunque lo hubiéramos hecho, la banda del pito se las habría ideado para que no ganáramos este partido.

Imposible ser ecuánime

Hoy no puedo ser ecuánime, ni una “redactora” que hable de un partido con la equidad que debería. Primero, porque no soy periodista, escribo por mi amor al Granca y a este deporte. Segundo, permítanme la licencia, hoy me considero la voz de la marea amarilla, esa gente que se deja la garganta animando a los suyos, que se costea un viaje para que unos tipos con un silbato, que deberían pasar desapercibidos, le rompan las ilusiones a golpe de pitidos sin sentido.

Lo peor de todo es que con Juan Carlos García esto es una habitualidad para el Granca, desde tiempos de Pedro Martínez. Cada vez que nos arbitra este señor, es un sinsentido tras otro.

Mi teoría loca es que vino de vacaciones a la isla en su día y le tocó la calima del siglo, o le pusieron garrafón, o le engañaron en el todo incluido porque, créanme cuando les digo, que los errores que ha cometido hoy no lo hacen ni los árbitros en formación. Esa inquina que nos tiene no es ni sana ni medio normal.

Por eso insisto en que el Gran Canaria debe tomar medidas y alzar la voz. Ya está bien de ser menospreciados por esos seres arbitrales que se creen intocables. Lo que tenía que haber sido una fiesta del baloncesto canario se ha convertido en una lucha de un equipo contra viento y marea porque no es lo mismo jugar contra cinco que contra ocho.

Generalmente, suelo escribir las crónicas en frío pero hoy, no me apetecía ni un poquito. Y ojo, no culpo al Lenovo por esto pero quiero competir en igualdad de condiciones con ellos. Ojalá, y lo digo muy en serio, el Granca ponga una queja formal por lo ocurrido hoy.

Por otra parte, me fastidia leer muchos titulares que hablan del naufragio del Granca o que no “podemos” con el Lenovo cuando la realidad ha sido que no nos dejaron, que la disparidad de criterios y las ayudas nos condenaron a muerte.

Ahora sí, apoyo más que nunca a este equipo que sabe competir contra todos. La victoria era nuestra hasta que decidieron que no lo fuera y, contra eso queridos míos, es imposible luchar. Ahora sí que me he quedado a gusto.

Foto obtenida de la página web del Dreamland Gran Canaria.

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