Objetivos eternos

Y que nadie me lo trate como una crítica porque no lo es, pero sí es cierto que el cansino objetivo no para de repetirse día tras día año tras año.
Las preguntas son las mismas y las respuestas no difieren un ápice de las ya usadas tiempo atrás, no lejano.
A la pregunta de siempre: ¿Cuál es el objetivo de esta temporada?, viene la respuesta cíclica: no descender.
Vale que ahora nos limita el presupuesto y vale que tenemos una crisis acuciante de la que en Basket Pasión nos hemos hecho eco de manera continua. Pero ¿qué tipo de competitividad se genera en un club donde siempre el objetivo es no descender.
Entiendo que ese objetivo ya de por sí es difícil en las competiciones en las que vivimos y especialmente a la que me refiero sin nombrar. Pero un objetivo de no descender puede ser aplicable a un recién ascendido en sus dos primeras temporadas, pero ese club/equipo tiene que tener mayores aspiraciones que ese objetivo porque de, lo contrario, esto no tendría sentido alguno.
La crisis ya mencionada no afecta a un solo equipo, esa crisis afecta a 18. Y si el límite es el presupuesto que quizás esta temporada se vuelva repetir, habrá que lanzarse al mercado cuchillo en mano, a degüello, para encontrar aquella fórmula, sea propia, privada o pública. Pero en este caso el sedentarismo para nada es bueno.
Porque la monotonía de la repetitiva meta genera cansancio en una afición que ya se gasta dinero, bastante, en las entradas. Y la falta de ilusión genera dejadez en la asistencia a los pabellones.
Claro está que no nos vamos a lanzar con el objetivo del ascenso, porque, aunque no imposible, si es muy improbables. Pero una meta de un décimo puesto (y por Dios, evitar el descenso) debe ser una manera de alimentar la competitividad.
Los únicos que pueden estar repitiendo año tras año su objetivo, son esos, los grandes, cuyo objetivo es volver a ganar la competición y no es el caso.
La ilusión con los pies en el suelo no es una falsa promesa. Pues los objetivos o se cumplen o no se cumplen. Pero para mejorar un objetivo, y obligatoriamente ha de ser así, hay que hacer un trabajo exitoso donde se eliminen errores cometidos sabiendo que aparecerán otros diferentes.
Entonces dejemos de poner las manos en el suelo como barrera y levantemos la mirada a la altura que la realidad nos permita.

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