diciembre 4, 2024

Obradoiro gana sufriendo hasta el último segundo.

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Foto 1 A
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OBR1613282279

Zaragoza

78

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ZAR1312173778
OBR1613282279

79

Obradoiro

Zaragoza

78

-

79

Obradoiro

  • Q1
    13- 16
  • Q2
    12- 13
  • Q3
    17- 28
  • Q4
    37- 22

Triunfa en Zaragoza pese a que los maños recortaron 15 puntos en el último cuarto y tuvieron balón para la prórroga.

Partido de infarto vivido este sábado en el Pabellón Príncipe Felipe donde parecía que Obradoiro se iba a llevar la victoria de calle pero que una tremenda reacción maña unida a una desquiciante cantidad de pérdidas tontas de balón en primera línea, hicieron que el último minuto fuera una agonía para los gallegos y una ilusión para los zaragozanos.

Comenzó el encuentro con Wrigh, Yusta, Sant-Ross, Cruz y Hlinason por parte de los locales y Westermann, Robertson, T. Scrubb, Vicedo y Blazevic por parte de los visitantes.

Los primeros minutos fueron gallegos, gracias al buen acierto de T. Scrubb y a la poca fluidez de los rojos en ataque, (4 puntos en los primeros cinco minutos), Blazevic dominaba el rebote y Westermann dirigia con fluidez.

El marcador mostraba un 4-14 cuando Fisac viendo que la cosa no funcionaba metió en el campo a la segunda unidad y Zaragoza dió un cambio de ritmo acercándose en el marcador. Al final de este primer cuarto 13-16.

El partido continuó con arreones de los dos equipos, con las defensas imponiéndose, y donde era díficil hacer dos acciones ofensivas con exito. La entrada de Aday Mara, hizo ganar enteros a los de Fisac y Obradoiro aguantaba con el dominio del rebote y detalles de los hermanos Scrubb. Robertson estaba desaparecido con un gran marcaje de Sant-Ross.

Al descanso 25-29, con un partido peleado pero más bien feo en la parte ofensiva con muchas pérdidas de balones y jugadas absurdas por los dos lados.

El tercer cuarto marcó la deriva del partido pues hasta ahora el perdido K. Robertson encadenó una serie de tres triples seguidos (uno con 3+1) incluido que hizo distanciarse a Obradoiro por encima de los 10 puntos. Hubo un momento que Zaragoza parecía noqueado; a mediados de este tercer cuarto, Obradoiro encadenara un 6/8 en triples y se iba 39/58 en el marcador. El partido parecía finiquitado.

K. Robertson rompió el partido con su acierto exterior

Pero los de Moncho Fernández nos tienen acostumbrados al efecto noria en los finales, o bien recortan facilmente (como les pasó con el Madrid y con Baskonia) o bien pierden sus buenas diferencias como les pasó en esta jornada.

Comenzó el ultimo cuarto con los gallegos 16 arriba y Moncho metió a Westermann para hacer un basket control; pero la cosa no funcionó. Continuas pérdidas en primera linea por la intensa actividad defensiva del Zaragoza, gran cantidad de faltas de los pivots gallegos y acierto en el triple de Jesupp (buen partido el suyo ) hicieron que los maños fueran poco a poco recortando en el marcador.

La eliminación por cinco personales de los dos cincos gallegos (Blazevic y Guerrero) hizo que jugase incluso más minutos de los debidos el nuevo fichaje obradoirista Will Magnay que peleó lo que pudo en la zona y no se arrugó en ningún momento, quizá le pesó un poco la presión en el juego hacia canasta pero se ven maneras en el aussie.

Asi llegamos a los últimos minutos donde Zaragoza se acercaba por debajo de los cinco puntos, Obradoiro negado en ataque vivía de los tiros libres y desquiciado por las pérdidas en saque de fondo.

Al final faltando 1 segundo dos tiros libres para Mekowulu para empatar el partido, falla el segundo y la parroquia compostelana respira tranquila después de unos minutos de infarto.

Destacaron por parte local el desparpajo y tremenda capacidad de Aday Mara (22 val. en 20 minutos) junto al acierto exterior de Jesup (4/8 en triples) y por parte de Obradoiro el multiusos T. Scrubb (25 val. sin fallo en el tiro) y la metralleta K. Robertson (MVP del partido con 28 de val. y 5/10 en triples).

Final agridulce para los dos equipos, Obradoiro casi lo pierde, Zaragoza casi lo gana. Ahora parece que sus caminos se separan ; los gallegos comienzan a mirar esa octava posición y los maños a escapar del dígito 17.

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