mayo 20, 2024

Este viernes a las 20.30 H.C., el Dreamland Gran Canaria recibe en el fortín del Gran Canaria Arena, a un Bàsquet Girona que está matemáticamente salvado del descenso y que no se juega nada

¿Saben ustedes de qué tiene pinta este partido? De venganza. Y se preguntarán ustedes, mis queridos padawans, de por qué esto es así. Para eso debemos retrotraernos a la segunda jornada de la actual temporada, donde un Dreamland Gran Canaria apático fue arrollado por un excepcional Bàsquet Girona.

Cierto es que ha llovido mucho desde entonces. Las tornas han cambiado y el Granca ha pasado a jugarse la vida por ser cabeza de serie para playoffs, mientras los gerundenses daban el todo por el todo para evitar los puestos de descensos y no bajar de categoría.

Estamos todos de acuerdo que este Granca no es el que visitó tierras catalanas allá por el mes de septiembre y este Girona, se parece a aquel lo mismo que un huevo a una castaña. Aclarado todo esto, no me fío. No me fío ni un segundo de un equipo que no tiene nada que perder porque juegan para divertirse mientras que nosotros, jugamos con la tensión de saber que podemos llegar un poquito más allá.

Además, el equipo gironés llega a la isla de la mano de un viejo conocido, Fotis Katsikaris, quien querrá llevarse una victoria de la que fue su casa y dejó de aquella manera, ni bien ni mal sino todo lo contrario, ya me entienden. Tampoco olvidemos que este equipo viene de ganar a todo un Baskonia en su feudo y eso no es algo fácil de lograr.

Bregar con genio, destreza y valor

Algunos le sonaran esas palabras finales, más que nada, porque salen de todo un himno a lucha canaria pero, nos vienen que ni pintadas para el encuentro del viernes. Genio en ataque porque, entre otras cosas, no podemos fallar canastas fáciles. Necesitamos todos los puntos posibles y sacar a pasear la mejor versión de nuestro juego coral. Para eso, hay que evitar las férreas defensas del Girona. Recordemos que es un equipo muy físico y que cuenta con jugadores como Yves Pons, que nos hizo un roto en el partido de ida.

Destreza en defensa, hay que parar a sus creadores de juego. Juani Marcos es un base con más clase que un colegio y que, cuando menos te los esperas, te hace un roto de los que duelen. Tampoco debemos olvidarnos de Ike Iroegbu, que ha dado muestras de sobra de su calidad. Añadamos a la mezcla a jugadores con las cualidades de Birch, Susinkas o York y ya tendríamos el día hecho. Lo único que me chirría son las rotaciones tan cortas que usa Katsikaris pero, Lakovic hace exactamente lo mismo.

Valor y esta, queridos míos, es la parte más importante. Este equipo necesita valor para que no le puedan las ganas como ya nos pasó el fin de semana pasado. Valor para afrontar un final apretado, para dar con la tecla que ponga al rival contra las cuerdas y no se nos escape vivo, valor para estar centrados y concentrados en el objetivo. Valor para dejarse todo en la pista, sin condiciones. Tenemos una oportunidad de oro y debemos aprovecharla al máximo.

No me queda duda que la grada, la marea amarilla, va a bregar con el equipo hasta el final. Necesitamos volver a ser el binomio perfecto, ese que empuje al equipo a llegar hasta donde debe. Los jugadores tienen ganas, ya lo escribió Albicy, “podemos hacerlo”. Pero eso, mis pequeños saltamontes, tiene que ser una asociación perfecta entre la grada y el equipo porque, ya saben eso que dicen: “ningún jugador es tan bueno como todos juntos” y, la marea amarilla, es el sexto jugador por excelencia.

Foto obtenida de la página web del Dreamland Gran Canaria.

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