Toca creer
Cáceres pierde ante Força Lleida en su casa por un aplastante 64 – 84 en el Multiusos. Un pabellón lleno de color y esplendor que no pudo hacer fuerza en beneficio de los suyos.
La lógica que imperaba era que, dentro de la normalidad, Cáceres pudiera perder ante un equipo tan fuerte que no dio opción en ningún momento. Por eso los catalanes figuran en una exquisita tercera posición.
Y ya no se trata de que los de Roberto Blanco hayan sumado otra derrota. Es que lo más grave es que Bueno Arenas Albacete Basket ha ganado en casa ante un dubitativo Estudiantes. Es que C. B. Almansa dio al traste con los sueños de Morabanc Andorra, imponiéndose en tierras pirenaicas.
Y realmente, aunque a Cáceres le pese, la LEB Oro es preciosa. Es una liga donde cualquiera puede imponerse en cualquier campo y ante cualquier equipo. Que los de arriba batallan por su ascenso y los de abajo pelean por no descender y está todo tan reñido que igual nos la tenemos que jugar en la última jornada.
La lógica ya se pierde, ya no existe. Quizás Cáceres Patrimonio de la Humanidad debe creer en poder. Porque a veces el baloncesto trata de creencias y de Dioses y para Dios está Roberto Blanco. Es nuestro Dios y si alguien puede sacarnos de todo esto es él con sus 12 apóstoles. Léase entre ellos San Pablo, San Daniel o cualquiera de todos ellos. O hasta el mismo San Kostas que tiene que empujar desde el córner por una sanción muy dura. Pero ahora no es tiempo de reclamar justicias a un estamento que deja que desear mucho y no digo que el Cáceres esté donde está por el mal juicio de los colegiados. Pero nos gustaría haber visto una temporada donde éstos no hayan sido los protagonistas de películas que no le competen.
Hay que ir a Madrid a jugárnosla contra Estudiantes a vida o muerte. Hay que ir con el puñal en la boca y con el arco cargado de flechas. Da igual que emulemos a indios o a guerreros medievales. Hay que ir a morir.
Hay que ir al mítico Palacio de los Deportes de Madrid a conquistar tierras que se nos han escapado a nuestras espadas.
Titulamos la previa con un claro “Muérase el mundo que Cáceres vive” y tras la rueda de prensa de Roberto Blanco, aun con la pérdida dolorosa, sacamos en conclusión que Cáceres vive. Que Cáceres no se da por vencido. Que si hemos de morir en el camino lo haremos matando. Es lo único que sabemos hacer. Luchar. Son lides que no son ajenas a nosotros. Que ya hemos vivido con el anterior club del que salimos victoriosos.
Ahora es Roberto Blanco, cuando me desgañito y te grito a pulmón abierto, que si alguien puede eres tú. Ya te dije un día que te conocía de los periódicos. Pero esta temporada he conocido a un tío integro, a un staff técnico que llora por todo esto. Yo creo en vosotros. Es de ley. Y estoy convencido de que al final brindaremos con cava.
No es fácil lo que nos queda. Estudiantes, Leyma, Melilla y Valladolid, pero sí os digo que nos encomendamos a vosotros. Que nadie dijo que esto fuera fácil.
Dile a esos jabatos que solo es un apretón. Que sabemos del dolor de algunos jugadores. Que. Por favor, resistan lo que queda. Que luchen, que se entreguen a ti como desde aquí pido a un público fiel al equipo. Diles que estamos a todas.
Que Dani Rodríguez vuelva a coger la batuta que le hace ser decano de este baloncesto de oro. Dile a San Pablo Sánchez que seguimos creyendo en él. Que sabemos de su rodilla y de los puntos en la ceja, pero que le necesitamos. Y le necesitamos tan solo de una manera: a muerte.
Dile a Ly “verso libre” Bracey que nos ilumine con su entrega, con su sonrisa, con lo que vino a hacer aquí: “a clavarlas” desde esa distancia que él solo sabe. Dile al mozo que saque estoque y capote, que calidad tiene de sobra.
Dile a Sasa que en Alicante no le quisieron pero que nosotros sí le queremos y le necesitamos.
Dile a todos que no somos equipo. Que somos familia y eso se nota en el ambiente. Que cuando Cáceres respira hay espíritus que nos apoyan. Díselo porque yo ya he visto a los Pedrera, a los Fernández, Brabender, Sanguino y demás volar por el techo del multiusos. Y que esto tiene que tener su recompensa. Y ella solo es la permanencia.
Iremos a Madrid a quedarnos afónicos.
Porque Cáceres es muy grande.
Foto Burgos
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