Granca

El Dreamland Gran Canaria tendrá que ponerse, nuevamente, el mono de trabajo para sacar un partido difícil ante el Monbus Obradoiro. 

Toca una nueva batalla en el Gran Canaria Arena. Este sábado, a las 19.45 (hora canaria), el Dreamland Gran Canaria se enfrentará al Monbus Obradoiro, en el partido correspondiente a la séptima jornada de la Liga Endesa. 

Y ustedes pensarán que puede ser un partido fácil y asequible para los amarillos. Nada más lejos de la realidad. Primero, porque Moncho Fernández es “perro viejo”. Un buen entrenador con las ideas muy claras que, además, sabe sacar rendimiento a sus jugadores. En segundo lugar, la plantilla del Obra. Los Scrubb, Pustovyi y compañía no son mancos precisamente. Artem, por ejemplo, parece haber encontrado de nuevo su sitio y su juego, después de su paso por Gran Canaria y Murcia. Todos conocemos sobradamente la calidad de Thomas Scrubb, no hace falta que les cuente qué clase de jugador es porque ya lo saben y, precisamente de clase, va sobrado. Si a esto le sumamos los altibajos que está teniendo el Gran Canaria en la liga ACB, tenemos la receta perfecta para el desastre. 

Aunque los pupilos de Jaka Lakovic muestran una cara muy diferente en casa que lejos del Arena, este va a ser un partido complicado. Digamos que puede ser un partido trampa, como el del Girona, pero en casa. El Obra es un equipo luchador, aguerrido, tiene bajas importantes, pero eso no le quita ni un ápice de ganas a los chicos de Moncho. Las confianzas dan asco así que, mejor no confiarse con los gallegos. 

Los claretianos tienen que resarcirse de la imagen dada en Murcia y ya no nos vale seguir cometiendo errores. El equipo tiene que ponerse las pilas en la liga y luchar por los objetivos que, ahora mismo, están muy lejos. 

Lo he dicho muchas veces, no hay equipo flojo en ACB. Cualquiera te puede pintar la cara en tu casa o lejos de ella. Hay que estar concentrados en los partidos, en los 40 minutos. No nos vale jugar bien sólo un cuarto. 

Es el momento de comprobar si el equipo es capaz de mejorar y reponerse a las “palizas” que ha recibido fuera de casa. 

La defensa tiene que estar al 200%. 

Las previas del Granca se están convirtiendo en algo así como lavarse los dientes, frotar mucho, enjuagar y repetir. En esas estamos, hay que repetir hasta la saciedad que la defensa debe salir centrada al 200%. En realidad, debe hacerlo todo el equipo, pero esta vez, vas a dar con un pívot de 2.18 que tiene buen tiro en la pintura. Así que, Happ y Lammers van a tener que trabajar muy duro. 

Lo mismo pasa con el resto del equipo. Sabemos que los partidos se ganan desde la defensa hacia al ataque. El Granca tiene que salir con la intensidad necesaria para blocar al Obra y cortocircuitar su juego, romper su dinámica. Fundamental también el acierto en ataque. No podemos fallar canastas que, a priori, son muy sencillas. Tampoco podemos empecinarnos en el tiro exterior si no tenemos el día. Debemos empezar ya a cogerle el pulso a la competición porque esta no espera por nadie y, los fallos se penalizan muy caros. 

Otra de platos rotos y van… 

La última vez que nos vimos en esta tesitura, los claretianos venían de perder frente a la Penya y tenían un encuentro difícil ante Unicaja. Es posible, y más que probable, que los chicos de Jaka quieran que el Obra pague la cuenta de Murcia (que nos salió por un pico). Después de las derrotas duras es cuando los insulares más sacan su carácter. Lo triste e innecesario, es que tengamos que esperar a que nos pinten la cara de todos los colores para que el equipo se ponga las pilas.  

Aún así, no va a ser un partido fácil y, tampoco estoy dispuesta a soportar que nos llevemos palizones para que al final, alguien termine pagando los platos rotos en el Arena. Porque seamos serios, no compensa ni siquiera un poquito. 

¿El equipo tiene carencias? Por supuesto. Pero las carencias se suplen con orgullo y competitividad, con intensidad y con ganas, con luchar y dejarse la vida en cada jugada. En definitiva, con dejarse el alma por el equipo. 

Otra cosa más, espero que el público asistente al Arena apoye al equipo desde el minuto uno. Entiendo que estén desencantados, apáticos, incluso muy enfadados, pero hay que animar a los nuestros. El Gran Canaria Arena no puede ser un iglú, el equipo funciona mejor cuando la grada lo lleva en volandas. Al fin y al cabo, esto es una cosa de dos, su juego y nuestro apoyo.  

Es la hora de la verdad, la de dar la cara por este Club, la de dar un puñetazo en la mesa y poner en valor quiénes somos y lo que queremos. Tal vez sea el momento de invocar el espíritu de los Moran, Stewart, incluso del propio “Doc”. Es el momento de que Oliver imparta una clase de cómo se lucha por este Club. Es la hora de dar un paso adelante, ni más ni menos. 

Foto obtenida de la web del Dreamland Gran Canaria 

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