Renovación del Vetusto Pabellón, el futuro inmediato

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Tras la conclusión de una temporada más, toca hacer autocrítica desde el club y valorar los aspectos de mejora para la siguiente campaña, entre los que destaca la sede de juego.
Tras la conclusión de la temporada para el equipo de Saulo Hernández y con varias semanas de perspectiva que dan una visión más fría de la situación, toca hacer autocrítica para continuar con la evolución positiva de la entidad zamorana, pero ¿qué entendemos por autocrítica?, si tiramos de definición pura y dura de autocrítica es: “la capacidad introspectiva de evaluar de manera objetiva nuestras acciones, comportamientos y pensamientos”. Normalmente asociamos la palabra crítica a términos peyorativos, para definir comportamientos que minusvaloran, denostan o valoran negativamente, pero la crítica entendida en términos generales es una forma de análisis de mucho valor, sin implicar una valoración o juicio. Es un proceso que implica un diálogo interno honesto y reflexivo, donde se reconocen tanto los aciertos como los errores. Por lo que cuando hablamos de autocrítica de la entidad zamorana, no nos referimos a términos negativos, tampoco positivos, sino a la necesidad de valorar lo sucedido para dar continuidad o cambiar lo que se quiera mejorar. Tras una evaluación final, la mejor forma de progreso viene de la autocrítica, siendo capaces de reconocer los puntos fuertes y débiles del club zamorano.
Necesita Mejorar
En los años ochenta se implantaron en el sistema educativo español los conceptos de Necesita Mejorar (NM) y Progresa Adecuadamente (PA) en un lenguaje precursor de la corrección lingüística, para huir de los términos suspenso y aprobado, que tenían connotaciones previas adquiridas. El suspenso o muy deficiente dejó de utilizarse durante unos años por Necesita Mejorar, para definir un fallo en la situación escolar de un alumno. Extrapolando el lenguaje ochentero de los boletines de notas colegiales, cuando hablamos de mejoras en el club zamorano y buscamos las principales mejoras salen, como es normal, dos grandes necesidades, el aumento de presupuesto para poder competir con equipos que duplican y triplican con facilidad las arcas zamoranas y su lugar de juego. Ambas mejoras no dependen directamente y de forma exclusiva del club, el aumento de presupuesto va ligado a los éxitos deportivos, cuanto mejores resultados más interés de las empresas y entidades locales en anunciarse y apoyar al CB Zamora, desgraciadamente el límite de la pequeña población castellanoleonesa es demasiado bajo para las exigencias de una categoría de este calibre y, por el otro lado, el tema del pabellón que depende directamente del ayuntamiento de la ciudad. Vamos a continuación a centrarnos en esa necesidad de mejora de las instalaciones.
Como marco general, las instalaciones del Pabellón Municipal Ángel Nieto, se han quedado anticuadas y obsoletas, a pesar de valorar el esfuerzo del Ayuntamiento que renovó el parqué y añadió una nueva pantalla (exigencia de la categoría de Primera FEB), aún está pendiente la actualización del sistema de iluminación del recinto, uno de los aspectos que más influyen al crear ambiente. Cuando visitas un campo ACB o con tradición en la máxima categoría, es uno de los detalles que más cuidan. Apagar la iluminación y encenderla con la presentación del equipo local, con la música adecuada y el speaker repasando la lista de jugadores, es uno de los momentos más intensos de cada jornada. Por supuesto, con la actual iluminación, el control independiente de focos o el apagado y encendido instantáneo es una quimera, por eso el equipo de gobierno local tenía preparada una partida económica para ese aspecto (sustitución de luminarias anticuadas por modernos LED).
El pabellón fue construido en el año 1971 (aunque se bautizó dos años después con el nombre del motociclista del “12+1”) con una superficie de 2.612 m2, tiene un aforo (según datos oficiales del ayuntamiento de Zamora en su página web) de 2.100 personas, entre Tribuna, Preferencia y Fondo, pero la realidad de su capacidad está más próxima a las 1.800 personas como se ha podido comprobar en eventos recientes (la Final de la Copa LEB Plata o el ascenso a LEB Oro), donde se colgó el “no hay billetes” en las taquillas, debido a que la normativa que regula estos espectáculos es muy exquisita a la hora de cumplir la regla en zonas de evacuación por normas de seguridad. Un recito con más de medio siglo de antigüedad que ha ido sumando mejoras a lo largo de los años, las últimas protagonizadas en el parqué de juego o los nuevos marcadores y en próximas fechas la iluminación (programada con un presupuesto de doscientos mil euros para el año pasado, pero que aún no ha “visto la luz”), pero esas reformas no han podido ser tan exhaustivas como era deseable, respetando su estructura y configuración original se han trabajado aspectos como la accesibilidad a sus instalaciones o la modernización del acceso a vestuarios y su organización, reformas significativas pero insuficientes para convertirlo en un polideportivo multiusos del siglo XXI.
La competición a la que pertenece por derecho propio por las gestas deportivas el CB Zamora es la Primera FEB y en sus bases y normas reguladoras de dicha competición figuran unos requisitos mínimos para ser la sede de una entidad en esta categoría, algunos de esos requisitos el pabellón zamorano no los cumple, lo cual nos lleva a la siguiente característica del recinto deportivo, su titularidad, y es que es propiedad del Ayuntamiento de Zamora no del club, por lo que su uso o mejoras dependen de la voluntad y presupuestos del equipo de gobierno de la institución local. Dentro de los requisitos mínimos marcados por la FEB en las Bases de la Competición de esta categoría en su artículo 6.17.g. reza lo siguiente: “las instalaciones para la PRIMERA FEB deberán disponer de un aforo mínimo de 2.500 espectadores sentados. No podrán ocuparse pasillos, vestíbulos, escaleras, o cualquier otra zona destinada a la circulación de personas”. Requisito que no cumple el Pabellón Municipal Ángel Nieto, ni ninguna instalación deportiva en la provincia zamorana. Según el siguiente epígrafe de las Bases de Competición, artículo 6.18. sobre las competencias de decisión aparece lo siguiente: “La autorización para utilizar un terreno de juego es competencia del Departamento de Competiciones de la FEB y, a tal efecto, realizará las revisiones e inspecciones que estime pertinentes para el cumplimiento de lo previsto en el presente capítulo. Solo excepcionalmente y con carácter temporal, el Departamento de Competiciones de la FEB podrá́ autorizar la utilización de una cancha de juego que no cumpla los requisitos mínimos previstos en la presente normativa”, por lo que entendemos que este Departamento ha autorizado su utilización ante la imposibilidad de aportar una cancha con mejores condiciones. Recopilando toda esta información surge la siguiente duda…
¿Sería adecuada la Construcción de un nuevo Pabellón Multiusos en Zamora?
La respuesta sin ninguna duda es si. La opinión generalizada en la ciudad, como es lógico, es que el vetusto Ángel Nieto se ha quedado obsoleto y que una reforma parcial y las “loables” mejoras acometidas hasta ahora no son suficientes.
Aunque también es cierto que habría que hacer un estudio previo de las necesidades deportivas para el pequeño consistorio zamorano, comprobando la viabilidad económica (como te exige la ética y estética ante el contribuyente) y las posibilidades deportivas de la ciudad. Hasta hace unos años, este pabellón acogía varias competiciones en primera línea nacional, el fútbol sala, el balonmano y el baloncesto femenino, actualmente son los dos clubes de baloncesto los más cercanos a una competición de élite y los requisitos más exigentes son sin duda para el baloncesto masculino. Si la Primera FEB exige al menos dos mil quinientos (2.500) asientos, este debería ser el aforo mínimo exigible, la siguiente competición demanda un salto mayor (ACB), necesita un aforo superior a los cinco mil (5.000) asientos. La Liga Femenina Endesa sólo tiene como requisito las ochocientas (800) plazas de aforo. Siendo objetivos las exigencias de la ACB son demasiado grandes para una ciudad como Zamora, cinco mil personas no es un dato realista para nuestro entorno, pero está claro que los mil ochocientos aficionados que puede acoger ahora el Ángel Nieto cumpliendo las normas de seguridad y evacuación son claramente superables.
También hay que considerar que en la construcción un pabellón moderno, la funcionalidad y facilidad de cambios de uso de las instalaciones son cada vez mayores. Con el descenso de C.B. Naturavia Morón que rondaba escasamente los mil asientos y la desaparición de Pumarín en Oviedo con mil cuatrocientas plazas, el Ángel Nieto se queda como el recinto deportivo más pequeño y anticuado. Recabando información de los pabellones de la próxima temporada de la Primera FEB (a la espera del último ascenso) estos son los datos, teniendo en cuenta el pabellón oficial de cada equipo:
Aircargobooking Ourense (Palacio de los Deportes Paco Paz) construido en 1988 con 5.500 de aforo, Alimerka Oviedo Baloncesto (Palacio de los Deportes, Oviedo, Asturias) de los años setenta pero reformado totalmente en el 2025 y 5.000 de aforo, Palmer Basket Mallorca Palma y Fiwbi Palma que comparten cancha (Palacio de los Deportes de Son Moix, Palma de Mallorca, Islas Baleares) del 1999 con 3.920 personas, Flexicar Fuenlabrada (Pabellón Fernando Martín, Fuenlabrada, Madrid) del 1991 con 5.700 personas, Grupo Alega Cantabria (Pabellón Vicente Trueba, Torrelavega, Cantabria) de 1999 con 2.688 personas, Grupo Ureta Tizona Burgos (Polideportivo El Plantío) de 1982 con 2.432 personas, HLA Alicante (Pabellón Perro Ferrández, Alicante) de 1993 y 5.696 personas, Inveready Gipuzkoa Basket (Angulas Aguinaga Arena) de 1993 y 11.000 personas, Monbus Obradoiro (Multiusos Fontes de Sar, Santiago de Compostela, La Coruña) de 1998 y 6.000 personas, Movistar Estudiantes (Movistar Arena, Madrid) de 1960 pero reformado en 2001 tras un incendio y con 13.609 personas de aforo, Odilo FC Cartagena CB (Palacio de los Deportes, Cartagena, Murcia) de 2008 y 4.815 personas, Real Betis Baloncesto (Polideportivo San Pablo, Sevilla) de 1988 y 7.242 personas, Súper Agropal Palencia (Pabellón Municipal, Palencia) de 1999 con 5.204 personas, Hestia Menorca (Pabellón Menorca, Islas Baleares) de 2005 con 5.115 personas, más los dos recién llegados de ACB, Leyma Coruña (Coliseum, La Coruña) de 1991 y 11.000 personas y Covirán Granada (Palacio de los Deportes, Granada) de 1991 y 9.000 personas, lo que nos deja un total de 18 equipos (uno de ellos ascenderá el próximo fin de semana) con una media de construcción o reforma integral (no mejoras parciales) del año 1988 y un aforo medio para 6.175 personas, comparado con el Pabellón Municipal Ángel Nieto de Zamora de 1971 reformado en 1986 y aforo para 1.800 personas.
Quimera o realidad
Desde hace unos meses se ha trasladado este debate a las calles de la ciudad y ya se ha tanteado desde el ámbito político la conveniencia de un nuevo escenario deportivo de referencia en la ciudad, ya se han lanzado varios globos sonda en la prensa local con manifestaciones del actual alcalde sobre un nuevo pabellón e incluso algún partido político incluía en su programa electoral la construcción de un nuevo pabellón.
En declaraciones de mediados el pasado mes de diciembre el alcalde zamorano comentaba que la idea estaba encima de la mesa y planteaban un recinto con cinco mil espectadores sentados en sus localidades en eventos deportivos, buscando la actual “moda” de un espacio multiusos con gradas que podrían ser retráctiles y que sirviera para acoger conciertos en los meses más fríos del año. Incluso se supone que el ayuntamiento de Zamora ha contactado con el Consejo Superior de Deportes buscando asesoramiento para la construcción de un nuevo pabellón deportivo en la ciudad. Hay incluso una ubicación definida para construir el pabellón, que se ubicaría en unas parcelas municipales en el barrio de Vista Alegre. En concreto, el lugar podría ser el esqueleto del complejo deportivo que se quedó a medio construir y en el terreno aledaño, ambos con la titularidad del Ayuntamiento. El presupuesto barajado se movería entre los seis y nueve millones de euros, una importante suma para una ciudad de sesenta mil habitantes.
¿Cantos de sirena? ¿un brindis al sol? ¿vender humo? ¿mucho ruido y pocas nueces? ¿papel mojado? La credibilidad de la clase política en nuestros días está bajo mínimos, sin tener en cuenta la ideología, el color político o posición supuesta de cualquier mandatario, hasta que no se haya hecho realidad, existan presupuestos concretos aprobados y se coloque la primera piedra, haremos como Santo Tomás, si no lo veo no lo creo…
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