Anna Montañana, una grande

Hace años, tiempo atrás, y mucho ya, este pseudo comunicador experimentaba la sensación de escribir para que otros me leyeran a nivel deportivo, a nivel de baloncesto. Uno, que desde pequeño hasta muy mayor fue tartamudo, hubiera estudiado periodismo de no ser por esa situación.
Pero curioso es que Pick & Roll, después Planeta Deporte, me daba la oportunidad de vivir una vida diferente en el mundo de la canasta. Primero jugador (malo pero jugador), después técnico (no sé si bueno) y entonces crítico deportivo.
Ilusionante. Tenía mi espacio para hablar del Baloncesto Sevilla. Y después el programa de radio, Pick & Roll Sevilla.
Bonitas tertulias las montadas con Víctor Díaz, y los simpáticos del norte. Anécdotas a borbotones.
Pero uno que es inconformista quería más. Y trabajé las entrevistas a personajes importante del mundo de la canasta y famosos que no tenían que ver con este mundo, pero los acercaba a ellos. Gente como Antonio Maceiras, Gaspar Roura, Diego Ocampo me han hecho disfrutar mucho.
Pero hoy me quiero referir a otra persona. Allá por 2011 (creo) me pongo en contacto con Anna Montañana. No recuerdo como lo hice, pero lo hice. O quizá fuera antes pues el Alzheimer del pasar el tiempo hace estragos en los recuerdos.
Creo recordar que ella estaba camino de EEUU para recuperarse de una lesión de rodilla. Pero la mujer de la sonrisa infinita acepto el reto de que un ignorante del periodismo, un neófito de las ondas virtuales la pudiera entrevistar.
Y crucé el charco y viajé en el mundo y en la vida de la exjugadora. Y ello creó un vínculo. Yo, un don nadie, y mi ídolo. ¿Qué más se puede pedir?
Soñaba esa entrevista en mi cabeza como si estuviera al lado de ella, allí en el país donde el Sr. Naismith inventó este deporte un 21 de diciembre de 1981.
Y desde entonces, con idas y venidas, he intentado seguir los progresos de mi nueva amiga. Me encantaron todos sus éxitos deportivos como jugadora. Me dolió su retirada.
Muchos son los equipos que han visto pisar su suelo, tanto aquí como al otro lado del charco.
Y por supuesto me ilusionó verla en los banquillos.
Que ¿por qué de todo esto? Porque este mundo te deja conocer gente maravillosa en su camino. Y Anna es para conocerla y tenerla siempre al lado de uno. Porque las veces que me he dirigido a ella todo ha sido “sí”. Y eso mola.
Y ahora me alegro de su nueva situación. Entrenadora del Lointek Gernika, en el que entró de asistente, pero la retirada de Mario López por motivo de salud, le ha hecho dar el salto a la primera fila.
Quizás y solo quizás no es la mejor manera de acceder a un puesto así. Más cuando de la salud de un compañero se trata. Pero esta valenciana, pronto o tarde, hubiera dado el salto. Porque Anna es buena en este mundo que apasiona.
Por eso desde Basket Pasión le deseamos que tenga un futuro lleno de victorias y triunfos. Le prometemos seguirla como siempre hemos hecho y le prometemos daros la información de cómo va su equipo y por supuesto ella.
Anna, suerte. Si alguien sabe de esto eres tú.

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