Baloncesto a la palentina. Balance.
Tras ocho jornadas, el Súper Agropal Palencia se encuentra en cómodos puestos de la tabla, los sextos, para ser exactos, tras un inicio de temporada con altibajos pero con un juego general muy satisfactorio, una curva de progresión sobresaliente y sobre todo, gran trabajo en equipo.
Corrían los vientos mesetarios de finales de verano cuando con gran pesar, desconcierto y confusión, el club de baloncesto palentino anunciaba que la empresa local Zunder, por motivos que no vienen al caso, dejaba de patrocinar al equipo tras una trayectoria de tres años apoyando el equipo insignia de la ciudad castellana. Muchos vieron esto como un gran escollo en el camino, una montaña a sortear que podría perjudicar seriamente al club, al menos por motivos económicos.
El caso fue que los fichajes ya estaban hechos y el equipo construido. Nada podía detener al Palencia Baloncesto de empezar con ilusión una nueva temporada, aunque esto hubiera significado un descenso de ACB en el que hubo mucho que aprender y poco que hacer (al menos en cuanto a presupuesto). Los aficionados respondieron enseguida al inminente inicio de Primera FEB con unos abonos que rozaron el pleno y una posterior convocatoria para nuevos socios que dejó al club palentino absolutamente sold out. Todo vendido. De esta manera tanto directiva como equipo ya se percataban del compromiso de la afición y de esta pequeña gran ciudad con su querido y amado Baloncesto Palencia. No importaba el patrocinador, daba igual el color o la liga… lo que había, y hay, es compromiso de una provincia entera por seguir llevando el nombre de la ilustre Palencia a lo más alto. Es lo que se conoce como sentimiento palentino. Que va mucho más allá de un equipo, de unos números o nombres… hablamos de una tierra orgullosa de sí misma.
La pretemporada comenzó con buenas esperanzas pero regulares resultados. El equipo no terminaba de conectar y el balance ofensivo-defensivo era desastroso en ciertos momentos. Pero todo mejoraría, el grandísimo entrenador Luis Guil, segundo con “La Familia”, se ha encargado de realizar una labor espectacular en todos los detalles a pulir desde el incio de la pretemporada. Y es que para mejorar, a veces hay que cometer errores para posteriormente aprender de ellos y ser cada día, en la cancha, una versión mejorada de lo visto en el pasado.
En redes sociales, al igual que internet en general, el ambiente tóxico clamaba (y lo sigue haciendo según en qué circunstancias) que Luis Guil se retirara del equipo o que contrataran “más centímetros” o “un buen 5”. Y e que algunas personas, completamente embriagadas por el fanatismo más absurdo, se bajan del barco en cuanto el Palencia pierde dos balones en primera línea. Pero más allá de la toxicidad de ciertos individuos/as con cuentas dobles y demasiado tiempo libre, algunos números no terminaron de cuadrar durante pretemporada. Sin embargo el primer partido de temporada contra el Tizona, en el que venció el equipo Palentino, muchas bocas se silenciaron. La primera prueba de fuego resultó satisfactoria. Fue un partido de infarto, con unas transiciones de vértigo y ante un grandísimo equipo burgalés que se encargó de recordar al conjunto palentino que esto no iba a ser un paseo por el parque. Con figuras que siguen dando que hablar actualmente por su calidad tanto individual como de trabajo en equipo como Jaume Lobo, Lance Jones o Pacheco, el Palencia se enfrentó a un auténtico titán que consiguió vencer en su propia casa.
Sin embargo vendrían complicaciones, vendrían los auténticos behemoth de la competición, a los que el Palencia plantó cara pero no supo afinar. El Estudiantes, el San Pablo Burgos y, especialmente el Betis, son, hasta el momento, los que han conseguido vencer al equipo palentino. Si bien es cierto que en los partidos contra el Estudiantes y el San Pablo Burgos se pudo ver a un Palencia competitivo y con ganas de luchar, se cometieron muchos errores transformados en pérdidas, rebotes y tiro de tres. Pero sería contra el Betis Baloncesto donde se vio al peor Palencia, arrasado completamente por los sevillanos y con una defensa absolutamente quebrada.
El nuevo patrocinador, Súper Agropal, oxigenó económica y mediáticamente.
Pero el comandante del equipo, Luis Guil, en su infinito saber, seguía clamando en ruedas de prensa que había, y hay, equipo. Que confía plenamente en sus jugadores y en la polivalencia como conjunto. Y que lo que hay que hacer es trabajar, trabajar para mejorar y seguir siendo, poco a poco, una versión mejor de sí mismos cada jornada.
Al igual que en los dos primeros partidos (vs Tizona y Gipuzkoa), y tras el fiasco en Sevilla, el Palencia remontó, mejoró en todo y se hizo realmente competitivo. Es importante remarcar que los partidos contra el Estudiantes y el San Pablo Burgos fueron sentenciados durante el primer cuarto por culpa de un nefasto trabajo en defensa y un poco, o nulo, acierto a canasta, especialmente desde los 6,75. Sin embargo el resto del partido sería una lucha (eso sí, a contracorriente) en la que el conjunto palentino no dejaría de luchar en ningún momento.
Pronto comenzaría a brotar el espectacular dúo Krutwig-Vaulet, que se ha convertido en un esencial del equipo de Guil. De hecho, el estadounidense, Krutwig, se ha colocado la medalla de MVP en más de una ocasión, siendo además parte del quinteto ideal de la última jornada, junto, precisamente, a Juampi Vaulet. Dos auténticas maquinas imparables cuya virtud no reside únicamente en su incuestionable calidad individual, si no en su capacidad para trabajar en equipo, algo indispensable si se quiere llegar a ser realmente competitivo. Y además, algo en lo que el técnico sevillano ha insistido desde el día uno.
En la última jornada, ya descansando en vestuarios, desde redes sociales el club mostró el pequeño discurso que Luis le dio a los suyos tras el encuentro contra Amics Castelló. En resumidas cuentas les daba a todos la enhorabuena por haber trabajado en equipo y olvidar las individualidades que al final del día, pueden llegar a ser peligrosas si se arriesga demasiado. Guil les recordó que esto es un equipo, un proyecto, un compromiso y una provincia entera jugando y que al actuar como tal, se han ganado la ovación de su comandante y de la afición.
Desde el banquillo se ha conseguido mejorar en prácticamente todos los aspectos que atemorizaron al equipo durante sus encuentros con los titanes. Se ha mantenido la compostura en el primer cuarto, se ha trabajado en rebotes (tanto ofensivos como defensivos) y se está teniendo especial cuidado con las pérdidas. El tiro desde la línea de 6,75 ha mejorado progresiva y notablemente, especialmente de manos de Adam Kunkel. El muchacho oriundo de Kentucky ha demostrado tener un toque especialmente fino desde la línea de tres, convirtiéndose en un auténtico castigador, sumando puntos sin tregua. Porque no solo hablamos desde la línea de 3, si no su juego bajo la pintura, penetraciones y velocidad han hecho del americano otra pieza fundamental del conjunto.
La cohesión del equipo ha sido fundamental para mejorar en todo
Kamba y Wintering, dos de los más queridos por la afición palentina, también han ido mejorando progresivamente, dejando jugadas espectaculares. El canadiense, Kamba, es un machacador nato. Posee una velocidad sin igual y está muy comprometido con su equipo y afición por igual. Poco más se puede decir de una de las figuras más queridas del Palencia. Alec Wintering en la jornada pasada vs Amics Castelló ejecutó un partido impecable, demostrando ese balance de calidad individual y de equipo que tanto le caracteriza y haciendo alarde de una velocidad difícil de superar. Y es que hablamos, sin temor a equivocación, de uno de los mejores bases de la competición.
Dimitar Dimitrov, el ala-pívot búlgaro, también ha ido mejorando en cada partido, tras una pretemporada e inicio de temporada bastante discretos. Con alguna que otra asistencia y algún triple destacable en momentos clave, su juego se está desarrollando en química con el resto de sus compañeros.
Oroz y P. Hernández, tienen todavía que demostrar de lo que pueden ser capaces, porque su calidad es indudable y su compromiso indeleble. Oroz ha demostrado ser un buen organizador de conjunto cuando más lo ha necesitado su equipo y el gallego Hernández ha demostrado buena labor defensiva y una mejora evidente en acierto en el último encuentro. Todavía tienen que sumar minutos.
Tobias Borg, el escolta sueco, tiene todavía mucho que dar de sí mismo. Con una trayectoria ligeramente irregular en la que ha brillado por momentos y pasado desapercibido en otros. El escandinavo posee una velocidad y una mano innegable, que le ha valido el título de mejor jugador de su conjunto en varias ocasiones y cuya indiscutible calidad todavía tiene que deslumbrar aún más. Y estoy seguro de que lo hará. Enhorabuena, por cierto, por su reciente paternidad.
Manu Rodríguez y Chema González. Los ya clásicos, y queridos, del conjunto palentino han estado ausentes parte del inicio de temporada por culpa de lesiones y golpes desafortunados. Son una pieza fundamental del equipo, a pesar de que las circunstancias no hayan acompañado. Manu es un grandísimo tirador y el compromiso de Chema González en defensa es absolutamente incuestionable. Faltan minutos, integración y un poquito más de suerte contra el fantasma de las lesiones.
Joshua Mballa. El francés se trata de la gran sorpresa de las filas palentinas. Con un contrato incial de un mes, que se amplió a tres más, el galo ha demostrado ser un luchador nato con una capacidad anotadora vertiginosa si se le da la oportunidad. Se ha entendido de maravilla con su equipo y ha dejado bajo la pintura jugadas y bandejas absolutamente espectaculares. Para mí, personalmente, ha sido una grata sorpresa porque sus intenciones han ido mejorando progresivamente y lo visto en la cancha me ha parecido el preludio de algo fascinante que todavía está por llegar. Su actuación durante el encuentro contra el Odilo Cartagena fue espectacular, no solo en lo anotador, si no en la lucha y la fuerza demostradas. Enhorabuena.
Vaya si hay equipo… claro que lo hay. Y está mostrando muy buenos resultados. El trabajo de Luis Guil y sus compañeros está siendo algo loable ya que su filosofía y empeño en mejora constante ha dejado una impronta de confianza y trabajo en equipo que es, al final del día, a lo que aspira cualquier conjunto deportivo que se precie. Veremos si todo esto puede seguir aplicándose a los encuentros venideros contra los más grandes. Las pruebas de fuego están por llegar. Yo, confío. Tenemos un grandísimo equipo de baloncesto en las frías tierras palentinas: el Súper Agropal Palencia.
Imagen: Instagram del Súper Agropal Palencia, foto de @ferropenico.basket