El Hiopos Lleida busca revancha

Hay partidos que son batallas y hay batallas que definen temporadas. Este sábado, en el Coliseum de A Coruña, el Hiopos Lleida tiene una cita con la historia. No hay épica sin sangre y sudor, ni gloria sin cicatrices, y los de Gerard Encuentra lo saben bien. A las 18:00, cuando el balón suba al cielo gallego, comenzará una guerra sin cuartel contra un Leyma Coruña que se juega la vida.
En la primera vuelta, los de Lleida salieron escaldados. Fue un duelo de los que se recuerdan con rabia, con esa espina que no deja dormir del todo. 101-106 en la prórroga, un marcador que aún arde en la memoria del vestuario. Pero esta vez la historia es otra. El Hiopos llega con un par de ases nuevos en la manga. Keye Van der Vuurst, ese base neerlandés que juega con la tranquilidad de un pistolero que sabe que la última bala siempre le pertenece, ha cambiado la cara del equipo. Y luego está James Batemon, un americano de los que no pestañean en los momentos calientes.
Un rival contra las cuerdas
El Leyma Coruña huele a pólvora mojada. Son colistas y lo saben, pero un animal herido es el más peligroso de todos. Diego Epifanio, su entrenador, intenta restar presión con su discurso de siempre, ese de «no es el partido más importante de la historia». Pero que no engañe a nadie: si pierden, las sombras de la Primera FEB comenzarán a hacerse insoportables.
A su favor, tienen a un viejo conocido: Trey Thompkins. En el duelo de la primera vuelta, se cargó al Hiopos con 32 puntos. Un verdugo con la soga siempre a punto. Pero también tienen ausencias notables, como la de Augusto Lima, su muro en la pintura, que no estará por lesión. Un hueco que los leridanos deberán aprovechar como un lobo que huele la debilidad en el aire.
La guerra se gana en los pequeños detalles
El Hiopos Lleida no solo se juega una victoria, se juega la dignidad. No puede permitirse que el Leyma le vuelva a pintar la cara. Este equipo ha aprendido a morder y ahora es el momento de demostrarlo. Será un duelo de trincheras, donde cada rebote será un duelo de bayonetas y cada canasta, una puñalada en el corazón del enemigo.
Los leridanos están listos. No será fácil, porque nunca lo es. Pero cuando los guerreros cruzan la mirada antes de la batalla, no hace falta decir nada. Saben que hay tardes que no se olvidan. Y esta, en A Coruña, tiene pinta de ser una de ellas.
Foto: Tony Alcántara
