Una tarde para la eternidad

Fotografía cedida por Fibwi Palma
1 | 2 | 3 | 4 | T | |
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FIBWI PALMA BÀSQUET | 19 | 29 | 21 | 13 | 82 |
INSOLAC CAJA87 | 17 | 3 | 15 | 10 | 45 |

FIBWI PALMA BÀSQUET
82
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FIBWI PALMA BÀSQUET | 19 | 29 | 21 | 13 | 82 |
INSOLAC CAJA87 | 17 | 3 | 15 | 10 | 45 |
45

INSOLAC CAJA87

FIBWI PALMA BÀSQUET
82
-
45

INSOLAC CAJA87
-
Q1
19- 17
-
Q2
29- 3
-
Q3
21- 15
-
Q4
13- 10
El deporte, en ocasiones, regala noches que desafían la lógica. Lo vivido este domingo en el Palau Municipal d’Esports de Son Moix no fue solo un partido de baloncesto: fue una declaración de principios, un acto de fe colectiva, una rebelión contra lo que parecía un destino escrito. El Fibwi Palma Bàsquet, que llegaba a este duelo con la pesada losa de 29 puntos de desventaja tras la dolorosa derrota en Sevilla, ha protagonizado una remontada histórica al imponerse por 82-45 al Insolac Caja87. Con este resultado, el conjunto mallorquín no solo ha ganado un partido: ha sellado su pase a la siguiente ronda de los playoffs y ha devuelto la esperanza a una afición que respondió como solo responde quien cree de verdad.
Del abismo al éxtasis
Hace apenas una semana, el panorama era desolador. El 95-66 encajado en el Pabellón de San Pablo había dejado al equipo de Pablo Cano noqueado física y emocionalmente. El regreso a casa, marcado incluso por un apagón generalizado que afectó al país, era un símbolo involuntario del estado de ánimo del grupo. Pero en medio de la oscuridad, algo se encendió. No fue una estrategia milagrosa ni un arrebato de inspiración puntual. Fue, simplemente, la convicción de un grupo que se negó a que su temporada terminara así.
El primer cuarto no presagiaba del todo lo que vendría después. Ambos equipos intercambiaban canastas con intensidad y respeto, y el marcador se cerraba con un ajustado 19-17. El Fibwi Palma sabía que no podía permitirse un arranque atropellado, y logró templar los nervios en un ambiente cargado de tensión. Los primeros cinco minutos, igualados a 9, fueron una toma de contacto en la que ya se notaba que el Palau iba a jugar su propio partido desde la grada.
El segundo cuarto del milagro
Lo que sucedió en el segundo cuarto quedará grabado en la memoria colectiva del club. Un parcial de 9-2 encendía la mecha y ponía al Fibwi por delante. Pero no se detuvo ahí. La defensa fue un vendaval de ayudas, presión y concentración. El ataque, una sinfonía coral comandada por un descomunal Jon Ander Aramburu, que ofreció su mejor versión en el momento más importante, terminando el encuentro con 30 de valoración. En apenas minutos, el marcador volaba hasta el 43-19. Caja87 se descomponía y el Palau rugía con una mezcla de incredulidad y éxtasis. Al descanso, 48-20. La remontada, de repente, ya no era una quimera.
El reto ahora era mantener el ritmo. Y el Fibwi no bajó el pistón. Lejos de gestionar la renta, redobló esfuerzos. El equipo siguió jugando con una intensidad brutal, alternando defensa individual con ayudas agresivas que asfixiaban cada intento sevillano. Los primeros minutos tras la reanudación llevaron el marcador a un 54-22 demoledor. Aunque el rival intentó reaccionar, Pablo Cano paró el partido en el momento justo para evitar cualquier desliz. Al final del tercer cuarto, 69-35. Faltaban diez minutos y ya se olía lo imposible.
El Palau no dejó de empujar
Cada punto anotado por el Fibwi era celebrado como una conquista. El público, consciente de que estaba viviendo algo extraordinario, se volcó sin reservas. Y el equipo respondió. En el último cuarto no hubo lugar para la relajación. Los mallorquines siguieron apretando, anotando, defendiendo, celebrando. La ventaja crecía: 72-36, luego 75-41, y finalmente, el definitivo 82-45. Una victoria con 37 puntos de diferencia. Una remontada épica. Un pase de ronda que parecía imposible. Y un Palau que explotó en una ovación que durará años.
Lo que ha logrado hoy el Fibwi Palma no puede medirse solo en números. Esta victoria es un mensaje: a la adversidad se le responde con trabajo, carácter y convicción. Pablo Cano y su cuerpo técnico han sabido transformar la rabia de una derrota humillante en motivación. Han conseguido que un equipo que parecía hundido resucite. Que vuelva a creer en sí mismo. Y que haga creer a todo un pabellón.
Una victoria que trasciende el marcador
En la previa, tanto Pablo Cano como Xabi Beraza pedían responsabilidad y fe. Hoy, el equipo les ha dado la razón. Cano gestionó con maestría los tiempos del partido, sin dejar que la emoción nublara el plan. Y Beraza, como tantos otros, se vació en cada acción, en cada ayuda, en cada rebote. Este triunfo no se explica por una actuación individual, sino por un esfuerzo colectivo que recuperó la mejor versión de un equipo que llevaba meses construyéndose para esto.
El dolor de San Pablo no se ha olvidado. Pero sí se ha redimido. La vergüenza, la impotencia, la frustración… todo ha quedado atrás tras 40 minutos de baloncesto perfecto. El Fibwi Palma ha vuelto a ser él mismo, ha vuelto a conectar con su gente y ha vuelto a demostrar que el baloncesto, como la vida, siempre da segundas oportunidades a quienes se atreven a intentarlo.
Pocas veces un equipo tiene que superar tanto en tan poco tiempo. Una derrota que amenazaba con arrastrar al equipo fuera de los playoffs. Una afición que dudaba si creer. Un técnico que apelaba al orgullo y la responsabilidad. Y un grupo de jugadores que decidió no rendirse. Este domingo no solo se ha ganado un partido: se ha ganado una causa. El Fibwi Palma Bàsquet ha protagonizado una de las mayores gestas recientes en la categoría. Porque cuando el baloncesto es épico, es porque alguien se ha atrevido a escribirlo así.
FIBWI PALMA BÀSQUET (19-29-21-13): Jorge Martínez (13), Lucas Giovannetti (21), Brian Vázquez (11), Xabi Beraza (14), Christian Cunningham (7). También jugaron Franco Miller (0), Jon Ander Aramburu (15), Patrick Spencer (1)
INSOLAC CAJA87 (17-3-15-10): Josep Franch (5), Dedovic (5), Bilalovic (7), Herrera (0), Baoko (10). También jugaron Santos (5), Serrano (3), Latorre (2), Miladinovic (2), Bertain (6).
ÁRBITROS: Ruiz Ramírez y Guadalajara Diaz. Sin eliminados por faltas personales
INCIDENCIAS: Partido disputado en Son Moix ante 1500 espectadores. Se guardó un minuto de silencio en memoria de Sebas García, cadete del CB Sa Bodega fallecido esta semana y de Rafa Rullán, histórico jugador de baloncesto mallorquín fallecido en el día de hoy.
