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Obradoiro naufraga en casa en un partido que iba a ser una fiesta y acabó en funeral.

Los astros se desalinearon en Fontes do Sar en esta tarde de sábado, quizás fuera por el nefasto partido de los de Félix Alonso o quizás por jugar con la camiseta amarilla vintage (en recuerdo del paso del equipo por la Primera Divisón en el año 1982); quiero pensar que fue esto último, y que los jugadores no se vieron bien con esta nueva piel, porque sino no tengo argumenos de como explicar el colapso de equipo que fue el Obradoiro en este partido.

Y eso, que no quiero sacar méritos a un Gipuzkoa que nunca se fue del partido, que peleó cada bola, que defendió con uñas y dientes y que esperó su momento para apuntillar a un Obradoiro que no se parecía en nada a un equipo que quiere pelear por el ascenso.

El dia era propicio, después de la inesperada derrota de Palencia en Castellón, para asegurar de una vez por todas la quinta plaza. Sar presentaba un gran aspecto como siempre, y 4800 almas estaban dispuestas a llevar al equipo a la victoria, pero la tarde nos tenía preparadas sorpresas.

Inicio de augurio de mal partido.

El partido comenzó muy trabado con pequeñas ventajas locales pero que rapidamente los killers gipuzkoanos encabezados por un acertado Daishon Smith enjuagaban rapidamente. El partido era feo con poco ritmo, sólo el dominio de Brozy en la zona era la única posibilidad segura de anotación de los compostelanos, y por su parte los azules se enganchaban a su defensa de contactos (ellos sí que aprendieron de Fuenlabrada y Palencia) y en ataque vivían de su buena circulación.

Pero aún así el partido era muy malo por ambas partes con continuos fallos en ataque a acciones bastante fáciles, sobre todo por parte del Obra con bandejas falladas por Quintela y Davison y pérdidas absurdas.

Arreones locales bien contrarrestados por los vascos.

En el segundo cuarto se vivió el primer amago de dominio local, un 33/26 con canastas de Millán y de Varela parecía que comenzaba a marcar el partido, un partido que se veía que iba a ser a pocos puntos y cualquier pequeña ventaja podría ser definitiva para el desenlace.

Al descanso 33/27, y pese al mal partido, se confiaba en que en cualquier momento las ametralladoras gallegas iban a silbar; el mal partido de Davison y Barcello, no podía durar 40 minutos.(o eso se pensaba).

Pero Gipuzkoa volvía, y eso que no tenía en cancha a sus supuetos titulares; y los Vrankic, Johnson y Smith eran estupendamente sustituidos por Ander Martínez, Nicolau y Mateo Díaz que aún incrementaban el rendimiento del equipo. Tanto en defensa con muy buenas acciones de uno para uno, como en ataque consiguiendo rebotes muy importantes con un acierto en triple por encima del esperado (rondaban el 40% en esos momentos).

Con todo ello el caso es que no sólo recuperaron la ventaja gallega; que en algunos momentos del tercer cuarto consiguió hasta siete puntos de ventaja en dos momentos. El partido era un diente de sierra en el que se jugaba al pilla pilla; casi siempre Obradoiro por delante pero los vascos siempre al acecho.

Los donostiarras voltean el marcador.

A ocho minutos para el final el 55/50 marcó una inflexión, pues un momento en el que Obradoiro podría haberse ido en el marcador (y era la cuarta vez que podría hacerlo), significó un apagón ofensivo local y el crecimiento del Gipuzkoa. Los mejores minutos de los donostiarras en ataque coincidieron con un colapso total del ataque gallego, que con continuos fallos agrandaba la diferencia visitante que jugando al tran tran veían como en un abrir y cerrar de ojos, y a través de dos buenas acciónes de un acertado Mateo Díaz, se iban siete arriba (55-62), con un parcial de 0-12 y por primera vez veían que podian ganar en verdad el partido.

Aun así Obradoiro tiró más de casta que de juego y a 30 segundos del final empató el partido con una buena acción del incombustible Stevic, pero la siguiente defensa no funcionó y Smith convirtió dos puntos de oro que los volvieron a poner arriba.

Tiempo muerto de Félix y la jugada con bloqueo para Davison no tuvo éxito, y su tiro de tres rebotó en el aro. No hubo fiesta na Caldeira.

Jarrón de agua fría.

Gran disgusto en Sar, por un partido que se presumía con muchas opciones de ganar, y Obradoiro nunca jugó para llevarselo. Un equipo que basa gran parte de su acierto en el triple, si anota sólo 2 de 20 está condenado al fracaso.

Ahora se jugará todo en la última jornada donde Obradoiro aún depende de si, para lograr el quinto puesto, siempre que gane en casa de Tizona si Palencia gana su partido en casa ante Betis.

La broma que recorría Sar (reir para llorar) es que hace semanas que decimos que tenemos que hacer los mismos resultados que Palencia para seguir quintos, y claro Palencia perdió y Obradoiro también.

Más allá de la derrota, es un aviso enorme para navegantes, pues el nivel del equipo no puede ser este a estas alturas de la temporada donde en dos semanas se juegan los cuartos de final y todo tiene que mejorar y mucho paara competir con un equipo rocoso como es el palentino.

Para Gipuzkoa es una gran victoria que les permite estar vivos para entrar de novenos en el play-off y se jugarán todo en la última jornada ante el COB Ourense.

Ficha Técnica.

3 – Monbus Obradoiro: Brad Davison (2), Álex Galán (0), Vladimir Brodziansky (14), Ondrej Balvin (5), Strahinja Micovic (2), Milán Jiménez (0), Lucas Faggiano (6), Nacho Varela (8), Sergi Quintela (7), Alex Barcello (0), Álvaro Muñoz (7), Oliver Stevic (12).

65 – Inveready Gipuzkoa: J. Carralero Martín (0), X. Johnson (0), D. Smith (18), J. Vrankic (7), A. Zubizarreta (0), M. Díaz (13), M. Sturup (3), M. Motos (0), M. Ansorregui (1), J. Nicolau (8), A. Martínez (8), J. Mokran (7).

Cuartos: 15-15, 33-27, 47-46, 63-65.

Imágen: Obradoiro CAB

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