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1234T
DGC99221453
RMA1219182170

DreamLand Gran Canaria

53

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70

Real Madrid Baloncesto

DreamLand Gran Canaria

53

-

70

Real Madrid Baloncesto

  • Q1
    9- 12
  • Q2
    9- 19
  • Q3
    22- 18
  • Q4
    14- 21

Un apático Dreamland Gran Canaria cae en casa ante un desastroso Real Madrid en un partido donde ha sido difícil resaltar algo bueno de ambos conjuntos.

Se me está haciendo muy cuesta arriba tratar de explicar lo sucedido ayer en el Gran Canaria Arena. Quizás lo más reseñable sea la deuda saldada entre el Granca y Edy Tavares. El reconocimiento de los claretianos al gigante caboverdiano era algo que constaba en la partida de cuentas pendientes por parte de los amarillos y ayer, definitivamente, llegó ese reconocimiento a un jugador que, nos guste más o menos, pasea y defiende el nombre de esta isla por donde quiera que va. Edy es un canarión más y no le cuesta nada reconocer que su carrera se la debe a este club, porque fue el Granca quien le dio la oportunidad de amar un deporte que para él era desconocido. 

Dicho esto, el partido entre claretianos y merengues es para olvidar. Soporífero no define lo que se vivió ayer en la isla. Lo peor de todo no es que los nuestros tengan un mal día en el triple, porque llevamos meses con esta cantinela. Tampoco lo es que nuestro acierto desde cualquier punto de la pista esté bajo mínimos, esto ya parece el día de la marmota cada fin de semana. Ni siquiera me voy a quejar del porcentaje de tiros libres que, visto lo visto, es hasta bueno. El problema es la desidia que vi en los jugadores insulares, la apatía, el derrotismo, la poca ambición salvo la de unos pocos jugadores. Por si fuera poco, si mal estaba nuestra escuadra peor estaba la grada y no, no me sirve que mi querido Sergio quiera justificar la desgana de unos con la dejadez de otros. Cuando los que están abajo no pueden, es la grada quien debe guiar el camino y viceversa. Ayer, los unos por los otros y con la casa sin barrer, pasó lo que tenía que pasar. Los jugadores fueron incapaces de conectar o transmitir fuerza a la grada y, por qué no decirlo también, la flojera de la marea amarilla ayudó considerablemente a la lasitud y la inacción del equipo. Más que un binomio perfecto, anoche fuimos la inigualable imagen del desapego y la indiferencia, poniendo en relieve ese distanciamiento entre equipo y afición que algunos ya auguraban y otros no quisimos ver.

¡Cómo duele!

No voy a negarlo porque no hay más necio que el que no quiere ver, lo de anoche dolió y mucho. Eso sin contar la vergüenza ajena que pasé viendo a los nuestros arrastrarse por la pista y sí, esa es la palabra correcta, arrastrarse. Cualquier equipo con un poco de actitud y ganas, habría vapuleado ayer al Madrid que visitó la isla o, como mínimo, podía haberlo dejado medio noqueado en cada cuarto. En cambio, vimos a un equipo destrozado anímicamente, superado físicamente y desconectado mentalmente. Y esto, queridos míos, ¡cómo duele!

El problema es que ni ahora somos tan malos ni antes tan buenos. Pienso en el Granca que vimos en Murcia, Málaga o en el propio Gran Canaria Arena frente al Ulm y presupongo que me han cambiado al equipo. Los jugadores han sido abducidos por otros cuya vagancia supera límites insospechados y digo esto porque siguen siendo los mismos que consiguieron esas victorias trabajadas donde nadie más podía. Nuestro juego coral es ahora es de una mala murga que ni siquiera ha ensayado lo suficiente para entretener al respetable. Ya no sé si necesitamos una limpieza de chacras o dos tortas bien dadas pero lo que sí tengo meridianamente claro es que debemos cambiar esta dinámica derrotista y esta actitud negligente, volver a encontrar el punto que nos hacía diferentes no hace tanto tiempo atrás y recuperar a ese Granca que hace unos meses nos acostumbró a disfrutar de un buen baloncesto. No concibo que este equipo no luche con uñas y dientes para revertir esta situación porque si no es así, no son dignos de llamarse claretianos y defender estos colores.

 La temporada no se ha acabado ni mucho menos y espero que mis jugadores utilicen la misma vergüenza que pasé ayer viéndolos arrastrar este escudo por la pista para fortalecerse y enmendar una situación que se está volviendo insostenible. Hemos tocado fondo y sólo veo dos opciones, o subir o cavar más profundo y salir por el otro lado pero para ambas, se necesita la actitud y las ganas que se dejaron ayer todos en su casa.

No hay tiempo para flaquear

Y no lo hay porque este miércoles jugamos los octavos de final de la BKT Eurocup contra un Umana Reyer Venezia que viene dispuesto a hacernos morder el polvo y arrasar con todo para seguir avanzando en la competición hacia los cuartos de final.

El Granca debe lamerse las heridas a la velocidad de la luz y cambiar el chip a marchas forzadas. Necesitamos la implicación de todos para avanzar en la competición y los italianos nos lo van a poner muy difícil. Los pupilos de Neven Spahija han hecho una campaña más que aceptable y ahora quieren más, mucho más. Saben que se clasificaron para octavos en el límite y se ven con la fuerza y la capacidad necesaria para pelear por el título.

Lakovic y Spahija se conocen entre ellos, el segundo fue entrenador del primero y uno de los artífices de que la carrera de nuestro coach despega en Europa. Ahora bien, esta es otra película diferente y con otros actores distintos. Los nuestros van a necesitar todo su acierto en la pintura y en el tiro exterior para poder vencer a los venecianos, quienes son rápidos en sus transiciones y cuentan con el mejor reboteador de la competición, Mfiondu Kabengele.

Nuestra opciones para ganar este partido y pasar de ronda pasan por ponernos las pilas y dejar atrás las malas sensaciones de este fin de semana. Necesitamos que los nuestros vuelvan a ser un equipo con todas las letras porque hay demasiado en juego. Es la hora de ponerse en marcha y demostrar de lo que somos realmente capaces, que nuestro juego no era una quimera y que, simplemente, hemos pasado un mal momento. Es la hora de bregar y defender estos colores como si nos fuera la vida en ello, de hecho, nos va la vida en ello. Es el momento de ser el equipo que queremos, sin inhibiciones, sin complejos y con toda la actitud porque, aunque lo haya repetido muchas veces, no dejará de ser verdad. Les guste a ustedes o no, es más bonito soñar en amarillo. 

54 – Dreamland Gran Canaria (9+9+22+14): Albicy (3), Brussino (14), Kljajic (-), Pelos (2), Tobey (6), Samar (-), Conditt (6), Thomasson (9), Salvó (7) y Shurna (7).

69 – Real Madrid (12+19+17+21): Campazzo (9), Abalde (4), Musa (2), Tavares (5), Ndiaye (-), Garuba (2), Llull (12), González (8), Hezonja (14).Árbitros: Juan Carlos García González, Carlos Cortés y Alberto Baena. Sin eliminados.

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