Victoria que ilusiona

1 | 2 | 3 | 4 | T | |
---|---|---|---|---|---|
Lleida | 18 | 17 | 23 | 26 | 84 |
Bilbao | 20 | 13 | 12 | 21 | 66 |

Hiopos Lleida
84
1 | 2 | 3 | 4 | T | |
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Lleida | 18 | 17 | 23 | 26 | 84 |
Bilbao | 20 | 13 | 12 | 21 | 66 |
66

Surne Bilbao Basket

Hiopos Lleida
84
-
66

Surne Bilbao Basket
-
Q1
18- 20
-
Q2
17- 13
-
Q3
23- 12
-
Q4
26- 21
Hay momentos en los que el baloncesto trasciende el deporte, cuando una cancha se convierte en una fortaleza y la grada en un ejército dispuesto a pelear junto a su equipo. Este domingo, el Hiopos Lleida rompió con la inercia de cuatro derrotas consecutivas y ofreció a su afición algo más que un triunfo: les devolvió la esperanza. La victoria por 84-66 ante el Surne Bilbao Basket, rival directo en la lucha por la permanencia, fue mucho más que un marcador; fue un grito de supervivencia en una temporada llena de desafíos.
Desde el primer salto inicial, el Barris Nord dejó claro que iba a ser un jugador más en este partido. Los 5.036 espectadores no sólo alentaron, se convirtieron en una marea imparable que, con cada canasta, con cada robo de balón, se alzaba como un vendaval. Entre cánticos de «Això es el Barris Nord» y aplausos ensordecedores, el pabellón transformó la energía de los jugadores en pura electricidad. En un rincón del banquillo visitante, Jaume Ponsarnau sabía que su equipo no solo estaba enfrentándose al Lleida, sino también a una afición que lo daba todo.
La primera mitad fue un duelo táctico, como un combate entre dos espadachines que medían cada golpe. Hlinason, el gigante islandés del Bilbao Basket, plantaba cara en la pintura, mientras Keye Van der Vuurst intentaba encontrar el ritmo. El joven base, cedido por la Penya, empezó con dudas, pero pronto se soltó y mostró el porqué de su fichaje. Un pase mágico aquí, una asistencia imposible allá, y la grada estallaba en júbilo. Chevez Goodwin, el otro debutante, sumaba energía en la pintura, dejando claro que el Lleida había encontrado en él un nuevo pilar.
El Bilbao se desinfla tras el descanso
Al descanso, el 35-33 reflejaba el equilibrio, pero la historia cambió tras el paso por vestuarios. Gerard Encuentra ajustó las piezas, y el Hiopos salió al tercer cuarto como una apisonadora. Oriola, con la sangre fría de un veterano, se convirtió en el líder emocional. Bropleh y Bozic, con su puntería afinada, ampliaban la ventaja. Mientras tanto, el Bilbao Basket se deshacía. La defensa, que había resistido hasta entonces, se evaporó ante un parcial de 18-0 que dejó el marcador en un 67-45. Era el golpe definitivo.
El cuarto final fue un homenaje. La grada se puso en pie, no para despedir, sino para celebrar. Los cánticos resonaron como una promesa colectiva: este equipo no está solo. A medida que los minutos finales se agotaban, los jugadores del Lleida se permitieron disfrutar del momento, conscientes de que habían logrado algo grande. Con este triunfo, no solo suman su cuarta victoria en la temporada, sino que envían un mensaje claro: el Hiopos Lleida tiene con qué pelear por la permanencia.
Un duelo de maestros y alumnos
El partido también dejó un enfrentamiento histórico: Gerard Encuentra, el alumno, contra Jaume Ponsarnau, el maestro. Ambos, técnicos ilerdenses, protagonizaron un duelo táctico que finalmente cayó del lado del discípulo. Encuentra apostó por un juego rápido, con transiciones eléctricas y aprovechando la energía de sus nuevos fichajes. Ponsarnau, en cambio, se vio superado por un equipo que mostró más hambre.
En contraste con la euforia local, el Surne Bilbao Basket se hunde en una espiral preocupante. Con cinco derrotas consecutivas, su moral está por los suelos. Hlinason, el único faro de los visitantes, no encontró ayuda en sus compañeros. Dragic y Pantzar, en otro tiempo figuras clave, parecen sombras de lo que fueron. La preocupación empieza a cundir en Miribilla, donde la salvación se ve cada vez más lejana.
El Hiopos Lleida no solo ganó un partido, recuperó la conexión con su afición. El Barris Nord se convirtió en una caldera, en un bastión que impulsó a los suyos a la victoria. Porque si algo quedó claro este domingo es que, en Lleida, la salvación no será un milagro, será una lucha. Y con su afición, esa lucha parece mucho más posible.
Esto es baloncesto, esto es la Liga Endesa.
Hiopos Lleida 84 (18+17+23+26): Goodwin (8), Bropleh (16), Villar (-), Bozic (14), Habrouck (5) -cinco inicial- Walden (4), Paulí (10), Vander Vuurst (11), Muric (4), Madsen (-), Caicedo (-) y Oriola (12).
Surne Bilbao Basket 66 (20+13+12+21): Frey (11), Abdur-Rahkman (11), Gielo (6), Dragic (6), Hlinason (9) -cinco inicial- Domínguez (7), Chacón (-), De Ridder (9), Jones (2), Pantzar (5) y Sylla (-).
Árbitros: Rafael Serrano, Arnau Padrós y Rubén Sánchez Mohedas. Sin eliminados.
Incidencias: Partido correspondiente a la undécima jornada de la fase regular de la Liga Endesa disputado en el Barris Nord (Lleida) ante 5.036 espectadores.
Foto: José Manuel Gómez
