Evaluación final

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Tras una temporada histórica en el baloncesto zamorano, desde Basket Pasión repasamos la campaña del Caja Rural CB Zamora
280 días, 40 semanas, 9 meses de trabajo, una temporada… han llevado a protagonizar a Caja Rural CB Zamora una campaña inolvidable en Primera FEB, convirtiéndose en uno de los equipos revelación de Primera FEB por pleno derecho y confirmando en la cancha su permanencia en la categoría. Cuando pensamos en la larga temporada que nos ha tocado disfrutar con el club zamorano (38 partidos entre liga y Copa España), es difícil evitar el paralelismo de su evaluación con el boletín de notas que en nuestros colegios e institutos califica el curso escolar de sus alumnos y, como si de una evaluación final se tratase, si tuviéramos que poner nota al curso baloncestístico de la entidad zamorana, no podríamos pensar en otra calificación que no fuera el sobresaliente.
Dentro de la escala habitual desde el cero hasta el diez, donde el aprobado se coloca en el medio de la misma, pasando de curso a partir del cinco y suspendiendo cuando no llegas a ese dígito, podemos diferenciar entre el “muy deficiente” y el “suspenso” propiamente dicho. Un muy deficiente en el deporte sólo tiene justificación en malos profesionales, que no respeten al club, a la competición o a ellos mismos, mientras que un suspenso convencional debería llegar a los jugadores que no hayan puesto todo en la pista por sus equipos cada minuto de juego. Cuando el profesional cumple con sus horarios de entrenamiento, con su preparación física, escucha al cuerpo técnico, hace grupo con sus compañeros, no se esconde en la cancha y se esfuerza por conseguir superar al rival, sea cual sea el resultado, merecería obtener un aprobado, si además es buen compañero, va más allá de los entrenamientos grupales y durante toda su jornada piensa en superarse y conseguir su máximo personal, siempre tiene que recibir una evaluación notable. Si lo extrapolamos a un grupo, es lo que hemos visto en el conjunto de jugadores del Caja Rural CB Zamora, en sus técnicos y en el cada vez más complejo “entramado” del club. Sus jugadores han estado comprometidos con el proyecto de la entidad zamorana y no han escatimado esfuerzo en cada minuto de juego (independientemente de la exigencia de la competición que en un instante penaliza cualquier lapsus complicando un partido), con sus errores y fallos, pero no por falta de actitud, que es lo mínimo que se puede exigir. En este caso, además trasciende desde el conjunto de jugadores un gran ambiente y una implicación con la ciudad y el club que siempre se ha percibido desde la grada. Para rematar la fórmula si añadimos la permanencia asegurada semanas antes de finalizar la liga regular, el equipo obtiene un merecido sobresaliente. Lo único que le penaliza para no llegar al cum laude o a la matrícula de honor, han sido los dos últimos partidos y la posibilidad de playoff que se esfumó en las últimas jornadas (expectativa generada por los resultados satisfactorios del equipo).
Si nos ceñimos a una evaluación final de un curso propiamente dicha, la cual consideramos como una “evaluación sumativa que se realiza al término de un periodo de estudio para medir el nivel de aprendizaje de los estudiantes y sirve para determinar si se han alcanzado los objetivos del curso y para valorar positivamente o negativamente el producto evaluado”, nos podría llevar a obviar el camino recorrido, el esfuerzo del grupo o la cantidad de tiempo invertido, analizando sólo el resultado, algo relativamente injusto por muy objetivo que fuera. El propósito principal de la evaluación final es medir el conocimiento y las habilidades adquiridas, comprobando si se han llegado a los objetivos previamente fijados al inicio de curso, en este caso el objetivo principal de la permanencia se ha logrado con creces, superando en dos victorias al último puesto de descenso, también se debería reflexionar sobre los aprendizajes logrados examinando lo que se puede mejorar, algo que en la siguiente temporada podrá afrontarse con más garantías al acumular este primer año de experiencia, las áreas en las que existen más dificultades para mejorar el rendimiento, fortaleciendo los aspectos que desde el club hayan percibido como insuficientes o mejorables, orientar futuros avances usando la información obtenida para mejorar el curso en el futuro y, por último, evaluar y calificar en función de los criterios establecidos en el programa previo.
Repasando la exitosa temporada azul
La pretemporada zamorana comenzaba en el ya lejano mes de septiembre inaugurando el miércoles 4 de dicho mes el nuevo “roster” en el cuadragésimo quinto Trofeo Diputación contra un rival de altura, el Baloncesto Fuenlabrada, donde formaban equipo Jahvaughn Powell, Kevin Buckingham, Jonas Paukštė, Toni Naspler y Michael Drame como “reincidentes” en el equipo a los que no podían unirse Jacob Round con molestias y Souleymane Pinda Traoré, recuperándose de su operación de rodilla de un par de meses antes, además, entre todos estos jugadores que renovaban con el club de la temporada pasada, aparecía la figura de un canterano, Carlos Arranz. Como novedades se presentaban Jordan Walker, Ondrej Hanzlík, Krešimir Nikić, Zaid Hearst, Junior Saintel y Pablo Córdoba, aunque este último se anunciaba como apoyo de pretemporada, pero no como parte de la plantilla de Primera FEB. En esa pretemporada quedaba encuadrada la Copa España en sus primeros encuentros y llegaba otra “renovación” ya que se incorporaba al club Carlos Sáenz-Díez, a caballo entre el primer equipo y el filial de Primera Nacional y una semana antes de comenzar la competición liguera llegaba Omar Lo a la capital zamorana. Posteriormente, con varios meses de competición cumplida, se realizaba otra incorporación de un viejo conocido, el checo Ondrej Husták, que aprovecharía la ficha libre de Michael Drame, quien abandonaba el CB Zamora para comenzar una nueva aventura deportiva en Dinamarca (que, por cierto, le está deparando grandes logros personales). Además no podemos olvidar la aportación al equipo de Pablo Silla, otro jugador del filial que debutó con el primer equipo y que ha sido una de las piezas fundamentales para que el técnico zamorano no perdiera entrenamientos de calidad ante la ausencia de alguna baja por molestias físicas.
Las primeras jornadas de Primera FEB deparaban un calendario contra equipos a los que, en teoría, los zamoranos tendrían opciones de vencer y se conseguía un ilusionante balance de tres victorias (Valladolid, Castellón y Cartagena) y una sola derrota (Menorca). El siguiente bloque de partidos era mucho más exigente y se estrenaba el club en el Palacio de los Deportes de Madrid, conocido entonces como Wizink Center antes de su cambio de nomenclatura a Movistar Arena, denominación actual, cayendo contra Estudiantes, y jornadas después con San Pablo Burgos y Fuenlabrada, mientras cerraban su participación en Copa España con un meritorio segundo puesto en su grupo C. La llegada de Obradoiro supondría una racha de cuatro derrotas que colocaban a los más optimistas con los pies en el suelo, bajándolos de las nubes, pero otra racha contra Alicante y Morón volvía a equilibrar el balance (5-5). Una dura derrota en Orense cuando el partido estaba ganando de forma clara en el último cuarto daba inicio a una etapa con alternancia de victorias (Guipúzcoa y Oviedo) y derrotas (Cantabria, Real Betis y Tizona), cerrando la primera vuelta con una cómoda posición alejados del descenso y soñando con los playoffs de las eliminatorias por el ascenso a ACB (décimos clasificados con siete triunfos).
La segunda vuelta comenzaba como terminaba la primera, sin conseguir encadenar dos victorias consecutivas, pero huyendo también de las malas rachas, se vencía a Orense, Morón y Castellón y se caía contra Cartagena, Estudiantes y Obradoiro, alcanzando las diez victorias que afianzaban al equipo en la parte media de la tabla. Llegaba en marzo la etapa más complicada de la temporada y se encadenaban derrotas en Sevilla, contra Alicante y en San Sebastián, precediendo a otra racha dura del calendario que colocaba a Palencia, San Pablo y Fuenlabrada consecutivamente. La victoria ante los palentinos en la jornada 27, suponía media salvación, llegando la undécima victoria. A pesar de caer después en Valladolid, las dos últimas victorias contra Menorca y Tizona en su casa, traían la tranquilidad y relax lógico tras una temporada de tanta tensión y exigencia, cayendo finalmente contra dos equipos, uno con más necesidades que los zamoranos, Cantabria, y el otro en la despedida de su sede habitual, Oviedo en Pumarín.
El descanso del guerrero
Por lo que al repasar estos últimos meses en una de las mejores competiciones europeas y por extensión del mundo (nos cuesta encontrar mejores ligas fuera de USA y de los grandes países europeos), con un presupuesto muy alejado de grandes transatlánticos de la competición como Estudiantes, Obradoiro o San Pablo, el logro conseguido por el Caja Rural CB Zamora tiene aún más valor. Tras un conflicto bélico, el guerrero que ha vencido en el campo de batalla tiene su merecido descanso, etapa que estrena esta semana el club zamorano. Su batalla ha sido la Primera FEB, donde ha logrado su victoria, la salvación y permanencia un año más en la competición y ahora llega su merecido descanso. Es tiempo de desconectarse y de tomar aire, disfrutando momentos de asueto y vacacionales que les cargue de nuevo las pilas para afrontar el curso que viene, pero por lo que nos cuentan, la planificación de la próxima temporada ya está en proceso…
Muchas son las cábalas en la ciudad zamorana sobre las posibilidades de renovación de la plantilla, incluso ya se oyen “voces autorizadas” pidiendo la continuidad de un par de piezas fundamentales en los últimos años para el CB Zamora, veremos cómo se desarrolla esta post-temporada y el tiempo nos dirá hacia dónde camina el club en su segundo año en esta difícil competición entre la élite del baloncesto, donde el propio entrenador zamorano afrontará su decimoquinta campaña (igualando la gesta de su padre Gerardo Hernández que comenzó en la década de los 70 y continuó en los años 80 y 90) y que ya ha calificado la próxima temporada como más difícil que la que acaba de disputar.
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