Nico-Brussino
1234T
Gran Canaria37201625111
Cluj-Napoca20342321113

Dreamland Gran Canaria

111

1234T
Gran Canaria37201625111
Cluj-Napoca20342321113

113

UBT Cluj-Napoca

Dreamland Gran Canaria

111

-

113

UBT Cluj-Napoca

  • Q1
    37- 20
  • Q2
    20- 34
  • Q3
    16- 23
  • Q4
    25- 21
  • Pr1
    13- 15

El Dreamland Gran Canaria cayó derrotado ante el Cluj-Napoca en un partido de infarto y tras provocar una prórroga.

Han tenido que pasar más de 24 horas para que, esta que les escribe, pudiera redactar algo sobre el partido del miércoles de Eurocup del Dreamland Gran Canaria. Y no ha sido por falta de tiempo ni de ganas. Simplemente, no quería hacer señalamientos públicos sobre ciertos jugadores ni sacar la katana para destrozarlos. Pocas cosas se pueden y se deben hacer en caliente y, escribir la crónica de ese partido, no puede hacerse con las pulsaciones a tope. Sí que me ha quedado una cosa clara por encima de todo, ¡más prórrogas no!, por favor y gracias.

He necesitado tiempo de reflexión, volver a visionar el partido en la tranquilidad de mi casa para lograr entender algunas cosas. Muchos se preguntan cómo es posible que ganáramos al Real Madrid y perdiéramos con un equipo rumano. Vamos a ver si consigo aclararles o darles algunas ideas de cómo esto ha sido posible. Empecemos.

Primero que nada, he de decir que el Granca salió al partido como tenía que hacerlo, con actitud, con ganas, destrozando la pintura de los rumanos por mediación de Happ y apuntalando el tiro exterior gracias a un Albicy magistral, un Brussino espectacular y un Shurna formidable, que hicieron a los claretianos irse al final de ese cuarto con un 37-20 en el electrónico.

Hasta aquí, todos nos las prometíamos felices. Parecía un partido fácil y asequible para los intereses del conjunto grancanario. Pero (lo sé, ya empezamos con los peros y les aviso que hoy, van a haber unos cuantos), incomprensiblemente, los chicos de Jaka Lakovic tuvieron un bajón mental y físico en el segundo cuarto. Pareció como si ya hubieran ganado el partido en un solo cuarto y, que quieren que les diga, salvo que hayan cambiado las reglas, se juegan cuatro cuartos en un encuentro. Digamos que fue una bajada de brazos en toda regla. Una desconexión de las que no necesitábamos en esos momentos. Había que rematar la primera parte por todo lo alto y lo único que hicimos fue darle vida al Cluj-Napoca, que terminó poniendo un 57-53 en el marcador.

Cosas no tan inexplicables

El tercer cuarto comenzó con el mismo bajón que terminó el segundo. A los amarillos les pesaban las piernas y las ideas de juego desaparecieron por arte de magia, salvo por contadas excepciones de las que hablaremos después. Si a eso le sumas unas decisiones arbitrales más que cuestionables, pues qué quieren que les diga, si ya estábamos fuera del partido eso nos terminó de rematar. Sin embargo, le dio alas a los rumanos que vieron que podían repartir a diestro y siniestro y no iba a pasar nada más allá, de una bajada de cabeza por parte de la banda del pito. Aquí no ha pasado nada, sigan, sigan… Eso no quita para que el juego insular fuera gris, sin ideas y descoordinado 73-77.

El último cuarto empezó con otra cara, parcial de 0-6 gracias a Slaughter y Pelos. Y aquí voy a hacer una reflexión sobre lo que considero un error de Jaka Lakovic. Una vez que sustituye a Pelos, tras una falta antideportiva recibida y no pitada, el jugador galo le recriminó a su técnico (eso sí, de buenas maneras) que haya visto cómo los suyos habían sufridos dos faltas del mismo tipo de las que fue incapaz de pedir la revisión. En este caso, estoy con el jugador. Dos faltas muy claras, una a Albicy y la otra a Pelos que, además, nos costaron puntos en contra. Lakovic pecó de con un exceso de prudencia en este caso, ya había ganado un “challenge” y podía permitirse el lujo de pedir las revisiones (no volvió a pedir una revisión en lo que quedó de partido, prórroga incluida). Por cierto, ambas faltas muy claras y sí, las dos antideportivas.

Pero volviendo al partido, en este último cuarto cuyo inicio ya comentamos que fue de otro color, se nos atascó de nuevo. Los rumanos volvían a la carga porque podían hacer y dar en el partido lo que quisieran y así las cosas, volvieron a ponerse por delante en el marcador. Esto tengo que decirlo, el partido se empata porque Monsieur Albicy se empeña y tira del carro del conjunto isleño (98-98).

Cuatro prórrogas y cuatro perdidas, ¡más prórrogas, no!

La continuación del partido fue un intercambio de golpes continuos entre canarios y rumanos. De nuevo Albicy y su fiel escudero Brussino, se empeñaron en que el Cluj-Napoca no se alejara en el electrónico. Aún así, su empeño y su insistencia no se contagió al resto de sus compañeros y esto terminó igual que las tres anteriores. Con dos puntos casi sobre la bocina de Cate, tras una defensa pésima de los claretianos. Final del partido que nos deja terceros en la competición y con visos de tener que afrontar la ruta más larga para la revalidación del título europeo (111-113).

Dr. Jekyll & Mr. Hyde

No hay mejor definición para el Gran Canaria en esta competición que esa. Somos una mezcla entre el bueno del Doctor Jekyll y su alter ego Mr. Hyde, quien nos ha ido ganando terreno tanto en la confianza como en el juego desplegado por el equipo. No hay otra manera de explicar las dos versiones del Granca en esta competición. Quizás esta versión claretiana nos sirva para poner en valor el excelso trabajo realizado el pasado curso. Lo que hicimos es una locura, por eso no lo había hecho nadie antes.

¿Recuerdan que les iba a comentar al principio las razones del por qué este partido tan regulero de los insulares? Pues allá vamos. Primero que nada he decir que me parece una falta de respeto increíble de aquellos que califican al Cluj-Napoca como un “simple equipo rumano”. Claro está que la liga rumana no es la ACB pero este equipo va líder del grupo A en su país con un balance de 16-0 y, hasta el día de ayer, estaba empatado a victorias y derrotas en la BKT Eurocup con los nuestros. Con estos datos, lo mínimo que se merecen es mucho respeto. Lo de infravalorar a los rivales está muy bonito desde el sillón de casa pero en una competición como ésta cualquiera puede ganar y, faltarle el respeto a un rival nos convierte en mediocres. Cada cual que asuma lo que crea conveniente.

El palizón que se metieron los grancanarios el domingo ante el Real Madrid nos ha pasado factura. No es tan fácil la recuperación física de los jugadores. De hecho, si fuera así, todos seríamos profesionales. El desgaste que sufrimos en ese partido nos has dejado agotados. Si por mí fuera, preferiría haber perdido ese encuentro y ganar este, pero mis deseos no son órdenes para el universo. También es cierto que disfrutamos de un partido histórico pero, ni el domingo éramos tan buenos ni hoy somos tan malos.

Tampoco creo que le estemos faltando el respeto a la competición. Somos el equipo a batir y es de lo más normal que el resto lo dé todo por ganarnos. ¿No fue eso lo que hicimos nosotros el fin de semana pasado? ¿Intentar ganarle al equipo más duro de la Liga Endesa? ¿Cómo es posible que lo que vale para los nuestros, no valga para el resto? Hay que ser consecuentes con las ideas y he leído inmensidad de barbaridades al respecto. Entiendo y comparto el cabreo pero, repito, en caliente pocas cosas deben y pueden hacerse.

No quiero dar un tirón de orejas a la actitud de algunos pero sí que quiero poner en valor el esfuerzo de otros. Nicolás José Brussino y Andrew Albicy parecían los únicos que querían ganar el partido del miércoles. Puedo sumar a un par más que no estuvieron en pista los minutos finales y son Jovan Kljajic y Pierre Pelos. La insistencia de Albicy y Brussino por meternos en el partido es digna de mención, de alabar y de halagar. Mostraron ambos jugadores los galones que tienen en el equipo. Por cierto, una buena lectura de este partido es el reencuentro de Brussino con su acierto de cara a canasta. Dicho esto, los dos jugadores demostraron su fortaleza mental en el peor momento, lástima que no pudieran contagiar a los suyos con su fe.

Por otro lado, tengo que hacer una crítica al arbitraje en Europa. Nos quejamos de lo pésimos que son los árbitros ACB (que lo son) pero es que los europeos son aún peor. No me bajo de la burra que fueron ellos, y sólo ellos, quienes volvieron a meter en el partido a los rivales, con faltas de tres tiros en las que ni siquiera se tocaba al jugador contrario y, luego intentando compensar. Pero es muy difícil igualar la situación cuando regalas tres tiros libres a un rival por uno del contrario. No hay peor cosa en un árbitro que la de intentar compensar un error con otro porque ahí, pasas de ser uno tipo mediocre a uno muy malo. Es lamentable el nivel tan bajo que hay y aquí nadie hace nada. Quizás los clubes deberían unirse y hacer una queja formal pero, mientras tanto, seguiremos sufriendo la desidia arbitral a favor y en contra, porque cuando nos favorecen estamos “fastidiando” al rival lo mismo que nos pasa cuando nos perjudican. Y, ojo con esto, no les cargo con la responsabilidad de perder pero sí la de potenciar el juego que pasa del límite legal.

Resumiendo que es gerundio, el desgaste sufrido nos pasó factura, nuestro rival no es un mindundi al que podamos infravalorar y, como dice mi madre, la procesión no termina hasta que no pasa el último monaguillo, es decir, esto no está acabado ni mucho menos. Ahora mismo, el equipo necesita reiniciar y volver a centrarse en el mes de febrero tan exigente que viene por delante. Pongamos en valor lo conseguido hasta la fecha, nadie daba un duro por esta plantilla al empezar la temporada y, ahora mismo, somos cuarto en liga ACB, estamos clasificados como cabezas de serie para la Copa del Rey y, además, somos terceros en Eurocup con posibilidades de revalidar el título. Ahí es nada. Sigo confiando en esta plantilla, en su cuerpo técnico y en la marea amarilla. Eso sí, no fuercen más prórrogas. Lo pido por mi salud mental y, sobre todo, por mi salud cardiaca.

111. Dreamland Gran Canaria (37+20+16+25+13): Albicy (20), Slaughter (11), Brussino (30), Shurna (5) y Happ (8) –quinteto titular-; Landesberg (5), Lammers (6), Salvó (6), Pelos (7), Kljajic (4), Prkacin (-) y Bassas (9).

113. UBT Cluj-Napoca (20+34+23+21+15): Stipanovic (6), Maciuca (5), Eddie (24), Jones (21) y Mokoka (7) -quinteto titular-; Cate (23), Mejeris (4), Lapuste (-) y RIchard (23).

Foto obtenida de la página web del Dreamland Gran Canaria.

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