Hablemos de La Copa
Una nueva competición con bastantes claroscuros
La futbolización institucional de las competiciones Feb va más allá del cambio de nomenclatura de las ligas. El afán de los actuales directivos de la española de parecerse cada vez más a la RFEF resulta dolorosamente evidente. Ejemplo claro de esto es la nueva competición que se han sacado de la manga: La Copa de España. Esta competición es una mezcla entre la copa del rey de fútbol y el NBA In-Season Tournament, en el cual se han visto obligados a participar los clubes de las dos primeras divisiones federativas. Al margen de lo buena o mala que nos pueda parecer la idea, es cierto que deja algunas dudas propias de ser algo novedoso y que, en algunos casos, lo que se había prometido no ha sido deuda. Me gustaría, llegados a este punto, hablar de las repercusiones para las entidades y hacer una pequeña reflexión sobre “La Copa”
Cuestiones extra deportivas
La entrada de esta nueva competencia, trae consigo una serie de imponderables que no debemos descuidar y que afectan a la vida de quienes la disputan. En primer lugar, el pronto inicio de la misma deja a los equipos con muy poco tiempo para conformar sus plantillas, acelera el mercado, y añade presión a la labor de fichar que resulta estresante por sí sola. Obviamente, este adelanto del calendario obliga a empezar la pretemporada antes, generando un mayor gasto económico. Comenzar antes implica que se vean forzados a pagar un mes adicional de contrato con todos los gastos añadidos a los mismos. Por último y no menos importante: los gastos derivados de la propia copa; es decir, arbitrajes, desplazamientos, hoteles, etc… Que suponen un esfuerzo añadido a la ya precaria situación de algunos de los involucrados. Es cierto que la cercanía con la que se han configurado los grupos ayuda a mitigar ese desembolso. Pero ni eso se va a cumplir en todos los casos: solo hay que fijarse en el grupo A. Obradoiro, Ourense Mataró, Prat y Santfeliuenc se habrán mirado atónitos pensando ¿Desde cuándo Galicia y Cataluña son vecinos? El agravio comparativo está servido. ¿Cuánto supone esto en Euros? No lo podemos saber, pero podemos estimar que la copa tendrá un costo (entre pitos y flautas) de unos 5 a 10 mil euros por equipo, sin contar los sueldos correspondientes a Agosto.
Cuestiones deportivas
En principio, de 5 a 8 partidos más en una temporada tan larga no deberían notarse en exceso ¿Verdad?. Pues sí que se notan. Esos 5 partidos más suponen una pretemporada más corta, una peor gestión de los esfuerzos y una carga mayor en la planificación de los entrenamientos. Esto implica que, al menos en los primeros partidos, nos encontraremos con unas pachangas tremendas gracias a que la mayoría de equipos las disputarán con muy poco ritmo. Adicionalmente, y sin ánimo de ser agorero: meter una mayor carga de trabajo a jugadores que no están acostumbrados a ello, puede ser muy peligroso ya que es posible que el esfuerzo traiga consigo un aumento en los índices de lesiones, una conclusión que es más que razonable. Otra duda a plantear es ¿Van a priorizar la copa los equipos? Pues dependerá del caso. Probablemente, los que se quieran jugar el ascenso a final de temporada se la tomaran de “chill”, dejando a sus mejores jugadores en el banquillo para exponerlos sólo a partir de las instancias decisivas. ¿Tendremos un torneo descafeinado? Me temo que si.
Reflexiones propias
Voy a ser claro: Aunque suene muy bien enfrentar a los mejores equipos federativos españoles entre ellos, la realidad es que nadie había pedido eso. Esta copa es un capricho de la directiva de la FEB para seguir sacando pecho. Ninguna de las cabezas pensantes que dirigen los destinos del baloncesto patrio se ha detenido a considerar si era necesaria, si a los participantes le supone algún beneficio, o simplemente querían que existiese. Lo que está claro es que este experimento se va a jugar y que no sabemos cómo saldrá. De momento, el desastre de la organización ha hecho que cinco participantes pongan el grito en el cielo. Una demostración más de que a la federación le importa poco lo que le pase a los clubes y mira solo su barriga. Si queremos una Copa, hagámosla bien, que al menos quién la juegue y exponga a sus jugadores tenga algún tipo de recompensa a la vista. Poner todos tus recursos al servicio de un capricho y no sacar nada de ello, no es la forma más adecuada de iniciar una competición, si es que quiere quedarse. En definitiva, nos guste o no, la Copa de España de Baloncesto es una realidad que nos va tocar vivir de la mejor manera posible.
Imagen: Feb